Editorial Alaire

...

Una luna en su pecho
es el aullido
del olvido, sin lastre
ni memoria
se oxida el sol
también las estaciones.

A veces puedo ver la claridad,
otras, dentro de mí, luces que se atropellan.
Mi mirada no alcanza su sonido,
su voz.

No voy a la deriva,
por encima de mí
siempre hay algo que brilla, resplandece, incluso que se nubla.

Quiero llegar al tuétano
sin remover, volcar mi indiferencia
en un mundo callado.

Dibujo una crisálida
con esta mano alzada,
qué síntomas tendrán
las mariposas.

Si este paisaje pide a gritos luz,
esta noche sensible
lo acogerá en su seno
como si fuese un hijo.

En mi piel no calculo
el círculo perfecto
ni las estrellas, los astros;
solo cuento el amor, como encuentro fortuito
entre dos ilusiones
que penetran, recíprocas
el sentimiento abrupto
por lo desconocido.

Ricardo, me ha gustado mucho. Me tienes admirado con tu fecundidad (o fertilidad, llámalo como quieras, poética).
No me queda más que felicitarte, amigo.

Un abrazo.

Mil gracias Ramón, la admiración es mutua.
En mi cajoncito me he permitido el lujo de emplear tu neologismo ( Desvivido), que me pareció toda una cúspide de ingenio y profundidad.
Gracias por todo.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

Poema con un acertado ritmo que enfatiza su mensaje. Un buen poema, amigo.
Un abrazo,
José Manuel

Gracias por tus palabras, Jose.
Encantado de verte por mis versos.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

Arriba con este hermoso trabajo, amigo Ricardo.
Abrazos.

Gracias miles, Rafel.
Me alegra que te pareciera hermoso.
Abrazos y felicidad, amigo mío.