MARIANO SÍSEÑOR
Publicado: Dom, 23 Dic 2007 8:26
Mis queridos oidores
les voy a contar un cuento,
y no es un cuento baldío
porque tiene su argumento,
copia de la vida misma,
aunque parece un invento;
historia de una pareja,
como arriero y jumento;
un cuento esclarecedor:
es la historia de Don Cosme
y Mariano Síseñor.
* * * * *
Don Cosme lleva su empresa
con su estilo personal,
echando la culpa al diablo
cuando las cosas van mal;
y Mariano, que le escucha,
lo aprueba a carta cabal,
a pesar de que no cree
en nada ultraterrenal;
pero sigue como un puta
a Don Cosme y su batuta.
A Don Cosme no le gusta
el chocolate con pasas,
y Mariano que lo sabe
lo ha prohibido hasta en su casa,
no sea que por descuido
se beba un día una taza
y a Don Cosme le incomode
el aroma de las pasas
o el olor del chocolate
y diga: ¡Mariano, tate!.
Si Don Cosme cuenta un chiste
o suelta una animalada,
Mariano se destornilla
soltando la carcajada,
y Don Cosme queda ufano
de su chispa consagrada;
pero el pobre es sólo un lelo
que hace el primo y el canelo.
Don Cosme está preocupado
por falta de descendencia,
y Mariano le aconseja
que se arme de paciencia,
que estas cosas van despacio
y con su apuesta presencia,
no le faltará a Don Cosme
quien acreciente su herencia.
Es astuto el muy ladino
y sabe hilvanar muy fino.
Un día como al azar,
Mariano se ha tropezado
con la esposa de Don Cosme
en un lugar apartado,
y le da cuatro consejos
de los que dan resultado.
A los nueve meses, parto;
y Don Cosme está encantado
con lo colaborador
que es Mariano Síseñor.
Pero un mal día Don Cosme
le embiste con los pitones
y lo deja malparado
y lleno de magullones,
en pago por su interés
y por sus humillaciones;
y desde el suelo Mariano
pide a Don Cosme razones
de tan fiero proceder
que él no puede comprender.
Don Cosme tampoco entiende
cómo aguanta el condenado
que él le coma la conciencia
y aun lo tenga machacado.
Y así marchan por el mundo
el uno del otro al lado,
el uno va de cornudo
y el otro de apaleado;
pues la ambición desmedida
les jodió a los dos la vida.
Cuando este cuento jocoso
nos golpea en los oídos,
muchos de los que lo oyen
se sentirán aludidos.
Y es porque todos tenemos,
aunque nos duela admitirlo,
un Don Cosme y un Mariano
dentro de nosotros mismos,
dando a uno u otro aliento
según como sopla el viento.
Y yo he luchado en la vida
por evitar el caer
en ser un Don Cosme avieso
o un Mariano de mal ver.
Mas, cuando tal se pretende,
se baila en la cuerda floja,
cualquiera sea la postura
que ante la vida se escoja.
Y eso me vino a pasar,
¡me cago en la puta mar!.
* * *
Del Poemario P.I.J.O.S.
(Poemas Irónicos, Jocosos, Ociosos y Satíricos)
les voy a contar un cuento,
y no es un cuento baldío
porque tiene su argumento,
copia de la vida misma,
aunque parece un invento;
historia de una pareja,
como arriero y jumento;
un cuento esclarecedor:
es la historia de Don Cosme
y Mariano Síseñor.
* * * * *
Don Cosme lleva su empresa
con su estilo personal,
echando la culpa al diablo
cuando las cosas van mal;
y Mariano, que le escucha,
lo aprueba a carta cabal,
a pesar de que no cree
en nada ultraterrenal;
pero sigue como un puta
a Don Cosme y su batuta.
A Don Cosme no le gusta
el chocolate con pasas,
y Mariano que lo sabe
lo ha prohibido hasta en su casa,
no sea que por descuido
se beba un día una taza
y a Don Cosme le incomode
el aroma de las pasas
o el olor del chocolate
y diga: ¡Mariano, tate!.
Si Don Cosme cuenta un chiste
o suelta una animalada,
Mariano se destornilla
soltando la carcajada,
y Don Cosme queda ufano
de su chispa consagrada;
pero el pobre es sólo un lelo
que hace el primo y el canelo.
Don Cosme está preocupado
por falta de descendencia,
y Mariano le aconseja
que se arme de paciencia,
que estas cosas van despacio
y con su apuesta presencia,
no le faltará a Don Cosme
quien acreciente su herencia.
Es astuto el muy ladino
y sabe hilvanar muy fino.
Un día como al azar,
Mariano se ha tropezado
con la esposa de Don Cosme
en un lugar apartado,
y le da cuatro consejos
de los que dan resultado.
A los nueve meses, parto;
y Don Cosme está encantado
con lo colaborador
que es Mariano Síseñor.
Pero un mal día Don Cosme
le embiste con los pitones
y lo deja malparado
y lleno de magullones,
en pago por su interés
y por sus humillaciones;
y desde el suelo Mariano
pide a Don Cosme razones
de tan fiero proceder
que él no puede comprender.
Don Cosme tampoco entiende
cómo aguanta el condenado
que él le coma la conciencia
y aun lo tenga machacado.
Y así marchan por el mundo
el uno del otro al lado,
el uno va de cornudo
y el otro de apaleado;
pues la ambición desmedida
les jodió a los dos la vida.
Cuando este cuento jocoso
nos golpea en los oídos,
muchos de los que lo oyen
se sentirán aludidos.
Y es porque todos tenemos,
aunque nos duela admitirlo,
un Don Cosme y un Mariano
dentro de nosotros mismos,
dando a uno u otro aliento
según como sopla el viento.
Y yo he luchado en la vida
por evitar el caer
en ser un Don Cosme avieso
o un Mariano de mal ver.
Mas, cuando tal se pretende,
se baila en la cuerda floja,
cualquiera sea la postura
que ante la vida se escoja.
Y eso me vino a pasar,
¡me cago en la puta mar!.
* * *
Del Poemario P.I.J.O.S.
(Poemas Irónicos, Jocosos, Ociosos y Satíricos)