Editorial Alaire

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Sin juicios los sentidos saben a qué atenerse.
Cuando hablamos del resto...
¿Nos creemos acaso ser la suma?
Más sencillo es decir que somos diferentes y arreglarlo, decorarlo.
¿En qué pensamos cuando nos excluímos socialmente?
¿Normas, leyes, personas?
¿Quién lo complica todo?
¿ Quién interfiere en nuestras relaciones?
¿Por qué ser uno más supone impedimentos?
¿Acaso nos distingue algo que no nos deja mejorar?
¿De qué trata romper con este vínculo?
¿Qué han visto en el periódico, Internet?
¿Les han sorbido el coco?
Lo único que tenemos en común, quieren desmantenarlo.
Coincido con los que se esfuerzan.
Aquellos que socialmente aceptan, que no acatan, este medio venido a pique por el caos.
El éxito no abunda en sus cabezas, sino en la aceptación.
Si se hundiera este barco no tomarían otro.
¿Se regodearían de que a la raza a la que pertenecen
le fallasen las fuerzas?
Gracias a sus brillantes mentes,
a las cuales les debo tanto,
hoy promulgo las leyes de hermandad.
Salgan ya del armario,
el hombre se ha extinguido.

Muy interesante tu reflexiva propuesta, llena de preguntas que, de algún modo y en algún momento de nuestras vidas, todos nos hacemos. Tal vez vivamos una realidad aparente o en la que todo es apariencia. Por cierto, los dos versos de cierre son una genialidad.
Me ha gustado tu poema.

Un abrazo, amigo Ricardo.

Mil gracias Ramón.
Me alegra mucho tu presencia y palabras.
Gracias por todo.
Abrazos y felicidad, amigo mío.