Me intriga tu sonido... (A Manuel Sánchez)
Publicado: Sab, 28 Mar 2020 0:41
Me intrigas con tu sonido de las cosas futuras,
me intriga la tesitura de incomprensión de tu tema,
me enloquece el derrame poético y metafórico.
Y es que cuando las hojas se peinan,
y el lápiz se incomoda al no tomar el camino correcto,
al intentar no caer en la dirección equivocada,
me encuentro cantidad de piedras
que entorpecen mi espíritu de poeta,
y que son como barreras en cónclave,
difíciles de asimilar, imposibles de validar.
Estaría encantado de beber contigo,
-que me invitaras no tendría importancia alguna-,
da igual un treinta y tres de abril,
un cuarenta de mayo, o un treinta y uno de junio,
pero si te sientes pequeño,
si tienes debilidades,
podemos deparar en las mías,
o mejor no hacerlo,
-el ridículo no lo llevo demasiado bien-.
Si hablamos de mujeres, de desamor,
de añoranza, de locura,
entonces nos comprendemos,
tus ojos ven más allá de los míos,
mi horizonte se vistió de soledad en los albares,
y mi crepúsculo no idealizó la esencia,
y decidió segarse en la oscuridad.
Conforme te leo,
veo que mantienes aún la esperanza,
la llama que ocultamos tras la edad,
y en medio, una tras otra imagen
refleja en parte la amargura que tratas de disfrazar,
las caricias, el deseo, los recuerdos,
todo es mentira, como la duda, el tiempo apresado,
no es amor cuando no es compartido,
es tan solo un trozo de locura
con imágenes mentirosas.
Y es cierto, el mundo te conoce,
las cumbres nevadas también,
y no porque dejaras tus huellas en tantas palabras frías,
no porque persiguieras tu amor insustituible,
no porque no entiendas como soportar la muerte,
el mundo te conoce porque eres tan simple y tan mortal,
como cualquier ser que en él habita,
aunque con el padecer que tan solo el amor
es capaz de infundir.
En ello nos parecemos,
con ello padecemos.
Iré a beber contigo.
Ahora pagaré yo.
me intriga la tesitura de incomprensión de tu tema,
me enloquece el derrame poético y metafórico.
Y es que cuando las hojas se peinan,
y el lápiz se incomoda al no tomar el camino correcto,
al intentar no caer en la dirección equivocada,
me encuentro cantidad de piedras
que entorpecen mi espíritu de poeta,
y que son como barreras en cónclave,
difíciles de asimilar, imposibles de validar.
Estaría encantado de beber contigo,
-que me invitaras no tendría importancia alguna-,
da igual un treinta y tres de abril,
un cuarenta de mayo, o un treinta y uno de junio,
pero si te sientes pequeño,
si tienes debilidades,
podemos deparar en las mías,
o mejor no hacerlo,
-el ridículo no lo llevo demasiado bien-.
Si hablamos de mujeres, de desamor,
de añoranza, de locura,
entonces nos comprendemos,
tus ojos ven más allá de los míos,
mi horizonte se vistió de soledad en los albares,
y mi crepúsculo no idealizó la esencia,
y decidió segarse en la oscuridad.
Conforme te leo,
veo que mantienes aún la esperanza,
la llama que ocultamos tras la edad,
y en medio, una tras otra imagen
refleja en parte la amargura que tratas de disfrazar,
las caricias, el deseo, los recuerdos,
todo es mentira, como la duda, el tiempo apresado,
no es amor cuando no es compartido,
es tan solo un trozo de locura
con imágenes mentirosas.
Y es cierto, el mundo te conoce,
las cumbres nevadas también,
y no porque dejaras tus huellas en tantas palabras frías,
no porque persiguieras tu amor insustituible,
no porque no entiendas como soportar la muerte,
el mundo te conoce porque eres tan simple y tan mortal,
como cualquier ser que en él habita,
aunque con el padecer que tan solo el amor
es capaz de infundir.
En ello nos parecemos,
con ello padecemos.
Iré a beber contigo.
Ahora pagaré yo.