Editorial Alaire

Cuando se levante el confinamiento

la cuarentena,

el albergue

por la extinción de la pandemia

saldremos de casa

de nuestras residencias habituales

algunos de las segundas

(camuflados)

más gruesos, más pálidos, con más pelo,

más películas, vídeos, wasapps

más tasa de natalidad, más divorcios,

más caseros, menos amantes

ventilaremos nuestros asuntos

liberaremos nuestros cuerpos

soltaremos tacos de euforia

reflexionaremos sobre nuestras necesidades

odiaremos al papel higiénico

el lavamanos

el jabón (Lagarto)

las paredes, las cuatro, las que sean,

amaremos los sanitarios

los servidores públicos y privados, todos,

los colaboradores desinteresados

descansarán nuestras mascotas

nos quitaremos las máscaras

seremos más convecinos

más solidarios, más desprendidos, más cercanos

no tendremos que vigilar las baterías

ni preocuparnos por ir a la compra

o las noticias de los telediarios

abrazaremos, besaremos a todo el mundo

nos asomaremos a nuestro interior

con más cuidado, si cabe

y si no nos gusta lo que vemos

lo desinfectaremos con nuestros actos

nuestro proceder, nuestras idas y venidas

nuestras manos y mentes progresivas

no valen las promesas

mudaremos de alma y de políticos

para ir limpios por la vida

mirarla con buenos ojos,

sin tener que bajarlos de vergüenza

y volver a aplaudir a las 8.

Buen poema, Manuel, De momento solo esperemos que ese momento llegue lo antes posible. Un abrazo.

Hermoso poema, Manuel!. Me ha emocionado.
Sí, cuando esta pesadilla termine, seremos diferentes; el mundo, espero, va a ser diferente.
Gracias por este canto de esperanza.
Un abrazo.

Ojalá aprendamos a mirar como seres diferentes. Un poema realista que no deja nada en el tintero. Un placer leerte.
Abrazos
Pilar

Gracias compañeros, os deseo mucha salud, un abrazo muy fuerte.

Pues no sé si será así exactamente, pero seguro que no vas mal encaminado, lo importante es que, todo lo bueno que hemos aprendido, se quede con nosotros para siempre y todo lo malo, incluyendo al virus, desaparezca por los siglos de los siglos.
Felicitaciones por estas reflexiones.

Otra locura con mucho sentido.

Esperemos que tengas razón, y que todo funcione como lo escribes, pero me temo que el ser humano
nunca aprende, y que como tal, persista en su egoismo y en la fuerza que le da el creerse grande.

Y somos muy pequeños..

Espero que mañana no aplaudamos a las ocho, sino cada minuto por lo bien que lo habremos realizado.

Entonces comenzaremos a estar civilizados.

Un fuerte abrazo, compañero.

Gracias de nuevo, un abrazo compañeros.

Hermoso trabajo y hermosos deseos, amigo Manuel.
Muchas salud.