Editorial Alaire

...

Si pudiera escarcharme y rociarme
cantarían quizá los pájaros
y cristalizaría acaso el cielo.

Sin techumbres no hay escalada
la montaña sonríe bajo su falda
mientras el universo se concentra en un solo punto.

los rescoldos que trajo el oleaje
no eran supervivientes,
sino sus partes más íntimas.

Recuerdo el día aquel en que olvidar era imposible
mientras la cicatriz regeneraba
el pecho en que latía sin cadencia.

En la otra mirada expandí
lo que tú me pediste.

Tengo costumbres necias
y oídos sordos
y vista gorda
para dejar mi impronta
en mis prontas perdiciones.

Siempre he sido de letras,
excepto cuando el mundo gritaba
por mí a través de la exactitud.

Me perdía entre metáforas
no tenía contemplaciones
que vivieran por mí.

El agua predomina en esa fuente,
tupida,
y grotesca, sin estrecharte ni estrecharme,
ni estrecharse.

Me ha gustado el poema en su conjunto y me gustaría destacar sobremanera sus cuatro primeras estrofas y el cierre que me parece genial.

Un abrazo, amigo.

Buen poema nos dejas Ricardo. Me gustó y disfruté leyendo

saludos

rafael

Gracias amigo Ramón, por tu presencia y comentario.
Gracias también por tu aporte.
Abrazos y felicidad, amigo mío.

Hola Rafael.
Me alegra mucho verte por aquí.
Gracias por compartir tus impresiones.
Abrazos y felicidad, amigo.

Me gustó el poema tan lleno de belleza y hondo pensamiento. Un placer leerte.
Abrazos
PIlar

Gracias miles Pilar por tu presencia y comentario.
Abrazos y felicidad, amiga mía.