Venimos de la tarde
Publicado: Jue, 26 Mar 2020 22:38
Venimos de la tarde que yace tras el monte.
El sol que se apretuja entre el cielo y el mar
se ha ido lentamente, sangrando al horizonte
con su luz mortecina cansado de brilar.
Se asoman nuestras lágrimas sin voces ni lamentos
pues la ciudad derrama silencio en las esquinas.
El cielo, cabizbajo, a falta de argumentos,
enciende unas estrellas detrás de las colinas.
Henos aquí temblando como hojas en el viento,
como cachorros tercos cazando necedades,
afuera nos vigila un némesis hambriento
mientras nos abrazamos a nuestras soledades.
Venimos de la tarde al mal que nos acecha.
Se escuchan los tambores de guerra en las noticias:
el virus silencioso viene por su cosecha
con manos descarnadas, sedientas, subrepticias.
Pero esta noche no, no hará que nos rindamos,
la humanidad unida subsiste y permanece;
podemos tropezar más nunca nos quebramos
ante la adversidad, cuando el mundo anochece.
Nuestro valor dormido comienza a despertarse
y a falta de contacto, tocamos con el alma.
Si el viento del silencio sus temores esparce,
saber que somos uno nos renueva y nos calma.
En cada corazón hay un héroe dormido,
y en cada adversidad, un canto de victoria;
plantemos ilusiones en este mundo herido
y demos nuestra voz al paso de la historia.
La fuerza ante el dolor nos forja y nos define,
la historia nos condena, pero el amor nos salva.
La fe que mueve montes será la que ilumine
la noche que se acerca hasta que llegue el alba.
Mañana un nuevo día tendrá sus contrapuntos,
y unidos buscaremos un sol que nos resguarde.
Por hoy prendamos versos y recordemos juntos
que vamos hacia el alba desde una fría tarde.
- Javier
El sol que se apretuja entre el cielo y el mar
se ha ido lentamente, sangrando al horizonte
con su luz mortecina cansado de brilar.
Se asoman nuestras lágrimas sin voces ni lamentos
pues la ciudad derrama silencio en las esquinas.
El cielo, cabizbajo, a falta de argumentos,
enciende unas estrellas detrás de las colinas.
Henos aquí temblando como hojas en el viento,
como cachorros tercos cazando necedades,
afuera nos vigila un némesis hambriento
mientras nos abrazamos a nuestras soledades.
Venimos de la tarde al mal que nos acecha.
Se escuchan los tambores de guerra en las noticias:
el virus silencioso viene por su cosecha
con manos descarnadas, sedientas, subrepticias.
Pero esta noche no, no hará que nos rindamos,
la humanidad unida subsiste y permanece;
podemos tropezar más nunca nos quebramos
ante la adversidad, cuando el mundo anochece.
Nuestro valor dormido comienza a despertarse
y a falta de contacto, tocamos con el alma.
Si el viento del silencio sus temores esparce,
saber que somos uno nos renueva y nos calma.
En cada corazón hay un héroe dormido,
y en cada adversidad, un canto de victoria;
plantemos ilusiones en este mundo herido
y demos nuestra voz al paso de la historia.
La fuerza ante el dolor nos forja y nos define,
la historia nos condena, pero el amor nos salva.
La fe que mueve montes será la que ilumine
la noche que se acerca hasta que llegue el alba.
Mañana un nuevo día tendrá sus contrapuntos,
y unidos buscaremos un sol que nos resguarde.
Por hoy prendamos versos y recordemos juntos
que vamos hacia el alba desde una fría tarde.
- Javier