Editorial Alaire

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Una joya Martín! El poema comienza con fuerza y dolor, va descendiendo hacia los abismos próximos, entrañables, torrenciales.

El final encierra misterio y dulzura poética.Tus trabajos son afirmaciones que apelan al devenir inexorable de la sangre amada.

Felicitaciones y un abrazo fuerte,

Hallie

Aplausos, Martín, tu poema me ha emocionado, hay versos que son joyas, digo hay, como si no me lo hubieran parecido la mayoría, este trocito me ha gustado muchísimo:

"Volvías de la pérdida de una patria
que te pesaba en las aceras,
que revivías a deshoras en estacionamientos abandonados,
que llorabas dentro de tu guerra personal,
cuando las habitaciones eran límites demasiado pequeños
para contener la revolución fallida
creciendo bajo la tierra."

No solamente has escrito un gran poema -en mi opinión- sino que tiene el ritmo de los que lo son: de los grandes.


"y tú criabas el inicio de los eclipses
sin yo saberlo,
porque cuando llovía
nuestras manos soldaban las gotas
para construir el horizonte."

Jo, impresionante.



Gracias por compartirlo.

Blanca

LO MEJOR: La nostalgia que alcanza. La conjugación maestra de lo exterior con lo interior, de lo personal con lo familiar y lo patrio. El tú criabas el inicio de los eclipses. La aparición de Ignacio en la segunda estrofa, que fija la lectura del lector, que lo acerca, me acerca. Los domicilios de la infancia. El título. Los dos versos penúltimos.

LO PEOR: Porque todavía somos dos niños/que no se duermen solos son dos versos tan buenos y están tan bien colocados que a mí me piden quedarse como final, eliminando el último.

Abrazo.

Hasta pronto.

Martín...leerte siempre constituye un reto. Pero de esos que llenan de gozo y de disfrute. Me llama tanto la atención el título. Podría representar la edad de lo sucesos, que además se han recorrido a lo largo de todo este tiempo, 8 años en la infancia plena. O hasta el paralelo y cuadratura, de esa a quién se nombra. Ayy Martín que hoy amanecí oscura y veo en mucho, tal vez lo que no existe. Pero como estoy medio "acantinflada", mejor te digo.... Me encantó. Cuánta dulzura eres capáz de proyectar, en medio de aquéllo, que se huele a tanta melancolía y a tanto tiempo imposible de ser recuperado.
Repito... me encantó. Un beso grande.

Me gustó el cierre del poema con : somos niños que no dormimos solos. Buen poema
Un abrazo
PIlar

Un poema que emociona... Como siempre, una de mis mejores lecturas en el foro... Se lee con pasión de principio a fin...

Un placer,

Carmen

Un poema que me lleva a la nostalgia, me parece excelente sin duda, un gran trabajo, me ha gustado mucho la forma en la que se puede llegar al recuerdo.

Saludos

Bismark

Te escudriño, sabes?
Eres muydulce.

Un abrazo, varios

Hallie: Tus comentarios son siempre una dosis de energía y magia, gracias por ello.

Un abrazo para ti.


Martín Desormeaux.-

Muchas gracias, Blanca, por las palabras que dejas, tu buena voluntad de lectura hacia lo que escribo.

Un saludo cordial.

Martín Desormeaux.-

Extraordinario trabajo. Pesco en el torrente: relojes anudados, semillas aéreas, patrias pesadas, gotas soldadas, amaneceres despedazados.



Sin embargo, y a pesar de la ligereza y limpieza con que manan las imágenes y las arquitecturas ícónicas, casi como si de un impulso primaveral se tratase, lo que me deja sin aliento son dos ideas, dos figuras.



En el cuerpo del poema dices de pronto: "
cuando las habitaciones eran límites demasiado pequeños / para contener la revolución fallida". Entonces yo recuerdo ciertos momentos en las obras de teatro de Anouilh, donde los personajes se presentan atrapados en celdas de espacio-tiempo, en módulos de la trama.



Y el final me ha parecido que lleva el perfume lírico perfecto.



Cito:

"porque todavía somos dos niños
que no se duermen solos
con todo el dolor concentrado en el futuro."





Te mando un saludo desde Argentina y hasta otro poema





Rafael
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Una magnífica muestra de la llamada "poesía de la experiencia", donde la palabra convoca, y reflexiona lo vivido, para mejor atraparlo y desvivirlo.

Un abrazo

Hola, Batania, yo también pensé en dejar esos dos versos como el final, luego no, después sí, hasta que no, aún no me convence el hecho. Gracias por la lectura.

Saludos.

Martín Desormeaux.-

Gracias, Alejandra, por tus palabras, nada, el título viene a confirmar que soy pésimo para poner títulos, entre otras tantas cosas, puedes interpretarlo como más te guste.

Mis saludos cordiales.

Martín Desormeaux.-