Re: Sin pobres ni pudientes
Publicado: Vie, 20 Mar 2020 8:13
Lo insulso más lo superficial.
Enemistad con los sentidos.
Gobiernan los sentimientos.
Es lo único que genera autodefensa.
Resuelvan sus conflictos, pasen de página.
Adelántense a la nueva tendencia.
Para el caos nunca ha habido modas.
Para mí nunca ha habido dudas.
Excluírme de ustedes lo hago predecible.
He escrito tantas horas que mi formato es una bomba de relojería.
Tengo ideas cristalinas para todas sus angustias.
Pero ustedes las convierten en insondables.
Así de llevadero se hace creerse Dios.
Nunca he dejado esa evidencia a un lado.
El caso es que, sea lo que sea, he marcado mi historia.
Nunca me han tratado como a un visionario ni erudito ni iluminado ni sabio ni maestro.
Pero mi clase abunda entre sus traumas, me lo tomo con filosofía.
Forman parte de mi mentalidad, no de mis planes.
Nadie ha acudido a mí
con ningún propósito.
No hablo como sus allegados.
Las catástrofes no unen a la gente, sino que se revuelven sus emociones.
El miedo acude a la duda.
Y la duda más letal es no saber a qué aferrarse.
Cuando llega la crisis aparece su humanidad.
No creo en el bien ni en el mal.
Por tanto no me siento manipulado.
Todos mis sentimientos se resumen en uno.
Actúo con desprecio, escribo como alma que persigue al diablo.
Sus demonios son multitud en expansión.
Y Dios no admite cambios ni devoluciones.
Enemistad con los sentidos.
Gobiernan los sentimientos.
Es lo único que genera autodefensa.
Resuelvan sus conflictos, pasen de página.
Adelántense a la nueva tendencia.
Para el caos nunca ha habido modas.
Para mí nunca ha habido dudas.
Excluírme de ustedes lo hago predecible.
He escrito tantas horas que mi formato es una bomba de relojería.
Tengo ideas cristalinas para todas sus angustias.
Pero ustedes las convierten en insondables.
Así de llevadero se hace creerse Dios.
Nunca he dejado esa evidencia a un lado.
El caso es que, sea lo que sea, he marcado mi historia.
Nunca me han tratado como a un visionario ni erudito ni iluminado ni sabio ni maestro.
Pero mi clase abunda entre sus traumas, me lo tomo con filosofía.
Forman parte de mi mentalidad, no de mis planes.
Nadie ha acudido a mí
con ningún propósito.
No hablo como sus allegados.
Las catástrofes no unen a la gente, sino que se revuelven sus emociones.
El miedo acude a la duda.
Y la duda más letal es no saber a qué aferrarse.
Cuando llega la crisis aparece su humanidad.
No creo en el bien ni en el mal.
Por tanto no me siento manipulado.
Todos mis sentimientos se resumen en uno.
Actúo con desprecio, escribo como alma que persigue al diablo.
Sus demonios son multitud en expansión.
Y Dios no admite cambios ni devoluciones.