Editorial Alaire

Estas calles desoladas en la luz,
testigos de una realidad abandonada
cambiante como las sombras de un cirio;
esas ventanas abiertas al viento y a la noche,
formas sin rostro que conjuran
nuestro recoveco más íntimo;
la mirada obsesiva hacia un horizonte extrañado,
paisajes sin frontera ni perspectiva,
raído manual de supervivencia.

¿Cuánto tiempo fui un sonámbulo
hasta ser esta mirada, este solo
pentatónico tan inconfundible,
la forma de un olvidado deseo?

Soy yo, la imagen de mí mismo
que no muestra, que no crea,
que únicamente pretende emerger,
que urge tan solo por manifestarse,
que no puede pretender ser en ti.
Naturaleza o civilización,
balbuceo o palabra,
lo que es permanece siempre.

Estas calles desoladas,
esas ventanas abiertas
y ese mirar más allá, obsesivo,
tan dentro de nosotros.

Tan tarde este paisaje extrañado.

Qué hermosura y qué buen hacer, Enrique.

El confinamiento moral, el viaje hacia dentro, la confrontación del extraño paisaje interior.
Extraño, sí, porque ha sido prácticamente reformateado a causa de la biología desobediente.

Aplausos y mi agradecimiento por esta buena lectura.

Un abrazo también.

Magnífica e inconfundible tu poesía, Enrique.

El cierre, impagable:

"Estas calles desoladas,
esas ventanas abiertas
y ese mirar más allá, obsesivo,
tan dentro de nosotros"

Todo un placer de lectura.

Un fuerte abrazo, viejo amigo.

Un hermoso y logrado poema. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Me ha gustado mucho tu poema.
Tiene versos hermosos, algunos más consecuentes que otros, pero al final resulta sólido en conjunto.
Abrazos y felicidad, amigo.

Muy bello este poema, una cadencia sosegada que va profundizando en ese paisaje, va abriendo ese yo que busca manifestar su esencia.
Un placer venir, un abrazo

Muy bello trabajo, amigo Enrique.
Abrazos.

Enrique,

me ha gustado el poema, amigo. Me gusta la manera coherente y bella que has tenido de elaborar ese paisaje interior. Interior, pero nutrido de elementos exteriores --las calles, la noche, el viento--. El diálogo entre ambas perspectivas genera una sensación de intimidad y reflexión lírica. A mí me gusta.

Abrazos.

Me ha gustado mucho el poema, Enrique. Destila desolación, pero es tremendamente hermoso en las imágenes.
Un placer de lectura.
Te felicito por tan lograda inspiración.

Un abrazo.

Muchas gracias, Hallie, por estar casi siempre por aquí, animando y regalándome tan amables comentarios.

Qué decirte, Ferreiro, viejo amigo, más que alegrarme de tu paso por aquí y de celebrar que te gustara. Otro abrazo fuerte para ti.

Pilar: me alegro que vieras algo hermoso en mis letras. Un fuerte abrazo.

Ricardo: edité y modifiqué un verso del poema... el último de la primera estrofa. No sé si con eso logré mejorar algo. Felicidad también para ti en estos tiempos de grandes tribulaciones.

Ventura: el placer fue mío, máxime cuando compruebo que fuiste cómplice de este viaje interior.

Rafel: me alegro por la visita y por tu recuperación... de lo que acabo de enterarme al leer un poema de Hallie... Ánimo y fuerza.

Pablo: ese diálogo es permanente en mi modesto hacer... de ese único poema que continuamente estoy escibiendo y reescribiendo.

Ramón: gracias por ver inspiración en estas letras. Un fuerte abrazo.

A todos, de nuevo, gracias por pasar por aquí. Un cordial saludo.

enrique sanmol escribió:Estas calles desoladas en la luz,
testigos de una realidad abandonada
cambiante como las sombras de un cirio;
esas ventanas abiertas al viento y a la noche,
formas sin rostro que conjuran
nuestro recoveco más íntimo;
la mirada obsesiva hacia un horizonte extrañado,
paisajes sin frontera ni perspectiva,
raído manual de supervivencia.

¿Cuánto tiempo fui un sonámbulo
hasta ser esta mirada, este solo
pentatónico tan inconfundible,
la forma de un olvidado deseo?

Soy yo, la imagen de mí mismo
que no muestra, que no crea,
que únicamente pretende emerger,
que urge tan solo por manifestarse,
que no puede pretender ser en ti.
Naturaleza o civilización,
balbuceo o palabra,
lo que es permanece siempre.

Estas calles desoladas,
esas ventanas abiertas
y ese mirar más allá, obsesivo,
tan dentro de nosotros.

Tan tarde este paisaje extrañado.

Enrique


Me encantó tu estilo.....

Te felicito


Un abrazo fuerte, amigo

Gracias, Ricardo, por dejarme tu amable comentario.

Un cordial saludo.

enrique sanmol escribió:Estas calles desoladas en la luz,
testigos de una realidad abandonada
cambiante como las sombras de un cirio;
esas ventanas abiertas al viento y a la noche,
formas sin rostro que conjuran
nuestro recoveco más íntimo;
la mirada obsesiva hacia un horizonte extrañado,
paisajes sin frontera ni perspectiva,
raído manual de supervivencia.

¿Cuánto tiempo fui un sonámbulo
hasta ser esta mirada, este solo
pentatónico tan inconfundible,
la forma de un olvidado deseo?

Soy yo, la imagen de mí mismo
que no muestra, que no crea,
que únicamente pretende emerger,
que urge tan solo por manifestarse,
que no puede pretender ser en ti.
Naturaleza o civilización,
balbuceo o palabra,
lo que es permanece siempre.

Estas calles desoladas,
esas ventanas abiertas
y ese mirar más allá, obsesivo,
tan dentro de nosotros.

Tan tarde este paisaje extrañado.

La aspiración es siempre la realización, la ejecución, el cumplimiento, la consumacion, la satisfacción o las felicidades. Pero todo es un poema tan bello y necesario como tu "Paisaje Interior", Enrique. Abrazos, ERA