Suite de «La cara oculta de la luna» (9/10) - romance
Publicado: Mar, 10 Mar 2020 14:49
Suite de La cara oculta de la luna
Nº9 - Romance
[Antonio]
[tab=30]Tú, el más bello de los hombres,
el mejor de los desnudos,
con tu armadura de carne
y el pecho por todo escudo;
abierto brazos inmóvil
al abrazo que no pudo
del jardín entre los seres
encontrar igual alguno;
tu sangre tornada sombra,
la sombra resuelta humo
con tu espíritu eclipsado
y tu alma plena de nublos:
háblame de ese misterio,
amor de tierra tan crudo
que te taladra las sienes
y se derrama en tus muslos.
[Cristo crucificado]
[tab=30]Amor es un jabalí
—suave fiera— tozudo
que huye cuando lo llamo
y vuelve cuando le huyo;
un arado es su caricia
para sembrar plenilunios
en el cielo más estéril
y en el corazón más turbio;
es un enjambre de heridas
que el néctar roba inmaduro
y atolondra los planetas
con su livor de difunto;
tiene un nombre, tiene un rostro
y una voz que me sedujo
y me hizo caer humillado
de lo excelso a lo corrupto;
convertido a su llamada,
mi alado pecho convulso
lleva tatüado en sangre
malvado su fiel dibujo.
Que lo canten los olivos
con su vendaval murmullo:
si el amor no es para mí,
yo por siempre seré suyo.
[Antonio]
[tab=30]La hierba —luna su boca—
el vino sume el más puro
mientras tu cuerpo se seca,
ya quebradizo cañuto.
¿Adónde fue tu vigor,
espiga del mes de junio?
Quizá se fundió al calor
del vientre más infecundo.
Nº9 - Romance
[Antonio]
[tab=30]Tú, el más bello de los hombres,
el mejor de los desnudos,
con tu armadura de carne
y el pecho por todo escudo;
abierto brazos inmóvil
al abrazo que no pudo
del jardín entre los seres
encontrar igual alguno;
tu sangre tornada sombra,
la sombra resuelta humo
con tu espíritu eclipsado
y tu alma plena de nublos:
háblame de ese misterio,
amor de tierra tan crudo
que te taladra las sienes
y se derrama en tus muslos.
[Cristo crucificado]
[tab=30]Amor es un jabalí
—suave fiera— tozudo
que huye cuando lo llamo
y vuelve cuando le huyo;
un arado es su caricia
para sembrar plenilunios
en el cielo más estéril
y en el corazón más turbio;
es un enjambre de heridas
que el néctar roba inmaduro
y atolondra los planetas
con su livor de difunto;
tiene un nombre, tiene un rostro
y una voz que me sedujo
y me hizo caer humillado
de lo excelso a lo corrupto;
convertido a su llamada,
mi alado pecho convulso
lleva tatüado en sangre
malvado su fiel dibujo.
Que lo canten los olivos
con su vendaval murmullo:
si el amor no es para mí,
yo por siempre seré suyo.
[Antonio]
[tab=30]La hierba —luna su boca—
el vino sume el más puro
mientras tu cuerpo se seca,
ya quebradizo cañuto.
¿Adónde fue tu vigor,
espiga del mes de junio?
Quizá se fundió al calor
del vientre más infecundo.