Para el hambre no hay pan duro
Publicado: Lun, 02 Mar 2020 15:38
Cuando el hambre nos pisa los talones,
¿cómo vamos a dar una en el clavo…?
¿Cómo puede un marido ser esclavo
de un rosario sexual de restricciones
y negarse a escuchar la voz del pene
cuando clama a bramidos el sustento…?
Si el orgasmo no encuentra en casa asiento,
tarde o pronto la luz del cuerno adviene…
Yo purgaba en la barra de un garito
de malísima muerte y fama oscura,
la trifulca de turno con mi Pura
lloriqueando a la sombra de un chupito…
Ella entró como abeja en la colmena,
minifalda a la altura del gaznate,
braga-tanga de Dior rojo granate
y por todo sostén la luna llena…
Luego quiso el destino que viniera
todo el viento a favor… ¿de qué otro modo
iba a mí esa mujer a darme todo
sin pedirme un centavo tan siquiera…?
Diecisiete horas largas de turismo
disfruté por las carnes de esa loba
sin vergüenza ni honor, soba que soba,
y olvidando milenios de onanismo”…
Cuanto allí disfrutara, bien me renta
la somanta de palos que esa urraca
de mi Pura, a estacazos la bellaca,
me endiñó al conocer la cornamenta.
Luego ya lo de siempre, todo a juicio
y como es natural los lazos rotos;
decantaron al juez un par de fotos
de esa loba y quien habla en el fornicio.
Y era todo un complot, ¿tú crees…? o sea
que el pivón iba a sueldo de mi esposa
con la sana intención… ¿de qué otra cosa?
sepultarme en el lodo. Me cocea
desde entonces aun más que de casados…
Se ha llevado a mi casa un jovenzuelo
con el cual se amanceba y yo ¡canelo!
les sufrago hipoteca y abogados…
¿cómo vamos a dar una en el clavo…?
¿Cómo puede un marido ser esclavo
de un rosario sexual de restricciones
y negarse a escuchar la voz del pene
cuando clama a bramidos el sustento…?
Si el orgasmo no encuentra en casa asiento,
tarde o pronto la luz del cuerno adviene…
Yo purgaba en la barra de un garito
de malísima muerte y fama oscura,
la trifulca de turno con mi Pura
lloriqueando a la sombra de un chupito…
Ella entró como abeja en la colmena,
minifalda a la altura del gaznate,
braga-tanga de Dior rojo granate
y por todo sostén la luna llena…
Luego quiso el destino que viniera
todo el viento a favor… ¿de qué otro modo
iba a mí esa mujer a darme todo
sin pedirme un centavo tan siquiera…?
Diecisiete horas largas de turismo
disfruté por las carnes de esa loba
sin vergüenza ni honor, soba que soba,
y olvidando milenios de onanismo”…
Cuanto allí disfrutara, bien me renta
la somanta de palos que esa urraca
de mi Pura, a estacazos la bellaca,
me endiñó al conocer la cornamenta.
Luego ya lo de siempre, todo a juicio
y como es natural los lazos rotos;
decantaron al juez un par de fotos
de esa loba y quien habla en el fornicio.
Y era todo un complot, ¿tú crees…? o sea
que el pivón iba a sueldo de mi esposa
con la sana intención… ¿de qué otra cosa?
sepultarme en el lodo. Me cocea
desde entonces aun más que de casados…
Se ha llevado a mi casa un jovenzuelo
con el cual se amanceba y yo ¡canelo!
les sufrago hipoteca y abogados…