Editorial Alaire

Me acuerdo de un refugio oculto por la hojarasca,
los días robados a la luz, eternos como un signo.

A veces me llega una voz antigua
o una imagen que reconozco,
o me hablan mis heridas
o resucito a las estatuas del tiempo para volverlas carne.

Es la soledad que invita a los fantasmas
y les unge con el hoy,
con mi hoy de ojos cerrados.

Sin pausa rondan los gemidos del sexo
y sus dormitorios frágiles, regresan las confesiones guardadas
y la vigilia nocturna de los insomnios.

Yo sé que los años me devolverán a la infancia,
a la ternura del amor y a los juegos sin final.

Sé que un rostro acercará sus labios a mi boca
para que florezcan, por última vez, el jardín del deseo
o la humedad de la vida.

Y a cuántos di mi amistad y a los que comprendí por ser como yo,
a los susurros que blandí para que callara la noche,
a tu espacio que ocupa mi espacio,
al mar y sus ángeles de agua,
a las colinas donde los pájaros no encuentran quietud,
a mi ciudad que es un tallo florecido o un arma desnuda.
A todos los que me entregaron su sombra,
les dejo mi memoria, mi lucidez
y un epitafio escondido para cuando la muerte llegue.

Yo sé que los años me devolverán a la infancia,
a la ternura del amor y a los juegos sin final.

Provablemente has dicho una verdad poética en la que creo
estoy comenzando a pensar. Buen poema Ramón.
Un abrazo,

Simon

Precioso y muy profundo poema, Ramón.

Al final de la vida solo importa el amor, la amistad, la ternura, el recuerdo de la infancia.

Me ha gustado mucho tu poema.

Gracias...

Felicitaciones
Un abrazo
Ana

Muy buen poema, Ramon que nos has dejado hoy con ese epitafio por si acaso que remata el poema de gran forma

Saludos

Javier

Simon Abadia escribió:Yo sé que los años me devolverán a la infancia,
a la ternura del amor y a los juegos sin final.

Provablemente has dicho una verdad poética en la que creo
estoy comenzando a pensar. Buen poema Ramón.
Un abrazo,

Simon

Gracias, Simón, por leer y comentar este poema. Un abrazo.

Galáctico poema, Ramón.
Ni la eternidad tiene boca para esto.
Abrazos y felicidad, amigo poeta.

Es conmovedor este poema, Ramón, me ha gustado muchísimo.
Al final de la vida son pocas las cosas importantes y tú nos lo dejas clarísimo.
Gracias y un abrazo.

Ramón,

un placer, como siempre, amigo. Calidad y saber hacer garantizados en tus poemas. A mí me gustan mucho.

Abrazos.

Ana Muela Sopeña escribió:Precioso y muy profundo poema, Ramón.

Al final de la vida solo importa el amor, la amistad, la ternura, el recuerdo de la infancia.

Me ha gustado mucho tu poema.

Gracias...

Felicitaciones
Un abrazo
Ana

Gracias, Ana, por el amable comentario que dejas. Un abrazo.

Javier Bustamante escribió:Muy buen poema, Ramon que nos has dejado hoy con ese epitafio por si acaso que remata el poema de gran forma

Saludos

Javier

Gracias, javier, por tu lectura y palabras. Un abrazo.

Qué bien retratas el final con lo que importa. Un poema muy hermoso y logrado. Me encantó. Felicidades.
Abrazos
Pilar

F. Enrique escribió:

A todos los que me entregaron su sombra,
les dejo mi memoria, mi lucidez
y un epitafio escondido para cuando la muerte llegue.

No es algo extraño, Ramón, que al leerte uno piense que se encuentra delante de un gran poema, desde la trascendencia de lo tratado y la gravedad que el tema requiere te digo que he quedado encantado con su lectura.

Un abrazo.

Gracias, Francisco, por leer y comentar tan amablemente este poema. Un abrazo.

Ricardo López Castro escribió:Galáctico poema, Ramón.
Ni la eternidad tiene boca para esto.
Abrazos y felicidad, amigo poeta.

Gracias, Ricardo, por tu lectura y palabras. Un abrazo.

Marisa Peral escribió:Es conmovedor este poema, Ramón, me ha gustado muchísimo.
Al final de la vida son pocas las cosas importantes y tú nos lo dejas clarísimo.
Gracias y un abrazo.

Gracias, Marisa, por la amabilidad de tu comentario. Un abrazo.