Editorial Alaire

Aquella ciudad tenía las calles rubias
y la bendición de los rectores desterrados
que desde el bronce lanzaban versos de nostalgia
en las placitas con monjas buscavidas.
Por la cadencia de sus tardes se derrumbaba
la flor de las estudiantes y el dulce
palpitar de los hechizos, piedras
milenarias que conciliaron tantos fuegos.
Ya está lejos el espíritu insumiso de la adolescencia
desde donde la vieja dama se enamoraba del río,
cuando el verano se cortaba las venas por la tarde.
Nunca volverá sobre sus pasos:
le nacieron aluviones de hijos impropios
y un laberinto plebeyo de incuria.
Cuarenta años después este amor sabe a derrota
y en la penumbra de los siglos, la madre vectona
sonríe a la historia con el equilibrio de la muerte.

¿No volverás?

Bueno, yo creo que tampoco volvería si una ciudad, muerta o viva, tuviera, aún después de cuarenta años, la virtud de inspirarme de esta forma.

"Ya está lejos el espíritu insumiso de la adolescencia
desde donde la vieja dama se enamoraba del río,
cuando el verano se cortaba las venas por la tarde."

Qué bonito, Valentín.

Gracias.

Blanca

Valentin Martin escribió:Aquella ciudad tenía las calles rubias
y la bendición de los rectores desterrados
que desde el bronce lanzaban versos de nostalgia
(...)
y en la penumbra de los siglos, la madre vectona
sonríe a la historia con el equilibrio de la muerte.

Impresionante y hondo!

Ya está lejos el espíritu insumiso de la adolescencia
desde donde la vieja dama se enamoraba del río,
cuando el verano se cortaba las venas por la tarde.


Me ha conmovido el derroche de fuerza poética, la verdad con la que empatizo(magia que involucra)y esa pena que antagoniza con el olvido.


Felicitacionesss a manos llenas y aplausos!

Hallie

Es un gran alegría reencontrar tu voz, querido amigo Valentín.
Siempre agudeza, siempre hermosura, de un lado al otro de todas las vidas.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Te mando un fuerte abrazo.

Gracias, Blanca, por tu palabra y tu compañía. Sí, hay muertes fecundas, aunque no nos libren del dolor ni del desencanto. Un millón de besos.

sensual, lírico, nostálgico, altísima inspiración
de comienzo a fín e imágenes pa' ponerlas en un cuadro:


"Por la cadencia de sus tardes se derrumbaba
la flor de las estudiantes y el dulce
palpitar de los hechizos, piedras
milenarias que conciliaron tantos fuegos"


Estás más en forma que nunca estimado Valentín

te mando un fuerte abrazo y mi admiración

.

Es precioso, en tu voz, la suavidad de una poesía que mira de lejos pero se acerca sin remedio, una nostalgia que se impregna y se hace fuerte en la belleza. Qué alegría encontrarte Val, tu paso es siempre una invitación a la buena lectura, a la poesía hecha a golpe de corazón.

Un abrazo enorme, se te echaba de menos

Sara

Gracias, Hallie, por la calidez de tus palabras. Me alegra que el poema te haya llegado tanto. Un beso.

El paso de los años, es lo que nos deja, una visión tranquila desde la muerte.
Nadie volverá a la ciudad de antaño.
Gracias por ese pellizco heracliano.
Saludos.
Amparo.

Un fuerte abrazo también para ti, Rafael, en este reencuentro casi otoñal. Gracias por tus palabras.

Valentin Martin escribió:Aquella ciudad tenía las calles rubias
y la bendición de los rectores desterrados
que desde el bronce lanzaban versos de nostalgia
en las placitas con monjas buscavidas.
Por la cadencia de sus tardes se derrumbaba
la flor de las estudiantes y el dulce
palpitar de los hechizos, piedras
milenarias que conciliaron tantos fuegos.
Ya está lejos el espíritu insumiso de la adolescencia
desde donde la vieja dama se enamoraba del río,
cuando el verano se cortaba las venas por la tarde.
Nunca volverá sobre sus pasos:
le nacieron aluviones de hijos impropios
y un laberinto plebeyo de incuria.
Cuarenta años después este amor sabe a derrota
y en la penumbra de los siglos, la madre vectona
sonríe a la historia con el equilibrio de la muerte.

... me ha hecho recordar las largas filas de los seminaristas, los jueves, cuando salían de paseo; de esto ya hace mucho tiempo, mucho, pero aún los estoy viendo; esun buen poema, amigo; saludos; Orión

Alonso, cuánto animan tus palabras a quien siempre duda. Muchas gracias por ellas y por pararte un momento en el poema.
Un fuerta abrazo también para ti.

A golpe de corazón sí, Sara, otra cosa es el talento o la falta de talento. Gracias por tu presencia, cómo me alegra verte crecer.
Un beso.

Gracias, Amparo, por tu huella. Saludos para ti.

Eledendo, tu evocación es certera. Gracias por el tiempo, la lectura y la palabra.
Un abrazo.