Árbol de Alejandra
Publicado: Lun, 17 Feb 2020 9:54
1
La sombra de la urbe me conmueve
y me lleva por lunas de cenizas
a través de los sueños.
2
He visto un árbol
de raíces desnudas
creciendo en mi interior
con lluvia y lodo.
3
En el cementerio de la herida
los hombres ya no pueden sonreír.
4
La tormenta se torna luz y arena
en el remolino de visiones...
5
Un relámpago azul me transfigura
en una mujer niebla,
invisible en la noche.
6
La belleza persigue
el manuscrito de las flores.
7
Tengo cuatro cuadernos:
el cuaderno de sombra
el cuaderno del sueño de la rosa,
el cuaderno invisible
y el cuaderno de heridas de combate.
Hoy solo escribiré en el invisible
para que los fantasmas no me vean.
8
Universos abiertos a la sangre
perciben las fisuras
de los pensamientos más atávicos.
9
Recorro el laberinto
de las grietas de un mundo
que se derrumba en barcos de origami.
10
Quiero ser la que tira de la cuerda
para que al despedirte no me olvides.
11
La luz es territorio de otra luz
que cubre con su brillo
el centro de la esencia
de una niñez dormida en horas lánguidas.
12
Hay un espacio tiempo
lleno de los misterios de la voz.
13
He leído palabras de nostalgia
sobre los jeroglíficos
de un crepúsculo lleno de secretos.
14
En el bosque la herida más profunda
se entretiene con trampas y con furia
antes de que los lobos la detecten.
15
Al descender al pozo del abismo
todo va convirtiéndose en enigma.
16
He mirado la sombra
de los habitantes
de esta ciudad sonámbula.
17
Un mirlo negro
me mira desde el fondo del silencio
y yo le correspondo en el sigilo.
18
Jamás entenderé
a los que llaman amor
a meter al ser amado en una jaula.
19
En la orfandad del mutismo
vive una caracola
que espera suavemente
a la orilla de una playa
las huellas
de una mujer venida de la bruma.
20
Todo lo que observé tiene sentido
al contemplar relámpagos
en un cielo de invierno.
21
Campanas a distancia
y el ladrido de un perro me sorprenden.
22
El caminante sabe
de esta soledad
que abraza con tentáculos las horas.
23
Nada de lo que veo es real.
El paisaje se dobla
más allá de los límites del vértigo.
24
El tiempo del amor siempre es efímero.
25
Los espejos no pueden
reflejar el instinto de la piel.
26
Las palabras diluyen su contexto,
por ello en el silencio
todo se multiplica.
27
Una espiral de agua
nos advierte que el tiempo
es un espejismo de la mente.
28
El horizonte sabe de nostalgias
atrapadas en cúmulos y cirros.
29
La belleza de un tiempo inmemorial
nos lleva en torbellinos
hacia los años puros de la infancia.
30
A veces me pregunto si la vida
es solo incertidumbre y nada más.
31
Un gorrión se ha posado en un alféizar
y desde allí divisa los tranvías.
32
Sobre un tejado un gato se acicala
y busca muy despacio
la calidez del sol.
33
En el parque un columpio solitario
me recuerda las risas de los niños.
34
La luna ya no luce como antes,
el smog no permite ver el cielo.
35
La memoria no puede
recordar esas piedras y pretiles
que veo cuando salgo a pasear.
36
Todo me habla de mundos intangibles
que flotan en el aire de lo ínfimo.
37
Sobre la ría veo una silueta
que atrae con su magia a un petrolero.
38
La calima secuestra nubes grises
y las convierte en seres de algún cuento.
Ana Muela Sopeña
La sombra de la urbe me conmueve
y me lleva por lunas de cenizas
a través de los sueños.
2
He visto un árbol
de raíces desnudas
creciendo en mi interior
con lluvia y lodo.
3
En el cementerio de la herida
los hombres ya no pueden sonreír.
4
La tormenta se torna luz y arena
en el remolino de visiones...
5
Un relámpago azul me transfigura
en una mujer niebla,
invisible en la noche.
6
La belleza persigue
el manuscrito de las flores.
7
Tengo cuatro cuadernos:
el cuaderno de sombra
el cuaderno del sueño de la rosa,
el cuaderno invisible
y el cuaderno de heridas de combate.
Hoy solo escribiré en el invisible
para que los fantasmas no me vean.
8
Universos abiertos a la sangre
perciben las fisuras
de los pensamientos más atávicos.
9
Recorro el laberinto
de las grietas de un mundo
que se derrumba en barcos de origami.
10
Quiero ser la que tira de la cuerda
para que al despedirte no me olvides.
11
La luz es territorio de otra luz
que cubre con su brillo
el centro de la esencia
de una niñez dormida en horas lánguidas.
12
Hay un espacio tiempo
lleno de los misterios de la voz.
13
He leído palabras de nostalgia
sobre los jeroglíficos
de un crepúsculo lleno de secretos.
14
En el bosque la herida más profunda
se entretiene con trampas y con furia
antes de que los lobos la detecten.
15
Al descender al pozo del abismo
todo va convirtiéndose en enigma.
16
He mirado la sombra
de los habitantes
de esta ciudad sonámbula.
17
Un mirlo negro
me mira desde el fondo del silencio
y yo le correspondo en el sigilo.
18
Jamás entenderé
a los que llaman amor
a meter al ser amado en una jaula.
19
En la orfandad del mutismo
vive una caracola
que espera suavemente
a la orilla de una playa
las huellas
de una mujer venida de la bruma.
20
Todo lo que observé tiene sentido
al contemplar relámpagos
en un cielo de invierno.
21
Campanas a distancia
y el ladrido de un perro me sorprenden.
22
El caminante sabe
de esta soledad
que abraza con tentáculos las horas.
23
Nada de lo que veo es real.
El paisaje se dobla
más allá de los límites del vértigo.
24
El tiempo del amor siempre es efímero.
25
Los espejos no pueden
reflejar el instinto de la piel.
26
Las palabras diluyen su contexto,
por ello en el silencio
todo se multiplica.
27
Una espiral de agua
nos advierte que el tiempo
es un espejismo de la mente.
28
El horizonte sabe de nostalgias
atrapadas en cúmulos y cirros.
29
La belleza de un tiempo inmemorial
nos lleva en torbellinos
hacia los años puros de la infancia.
30
A veces me pregunto si la vida
es solo incertidumbre y nada más.
31
Un gorrión se ha posado en un alféizar
y desde allí divisa los tranvías.
32
Sobre un tejado un gato se acicala
y busca muy despacio
la calidez del sol.
33
En el parque un columpio solitario
me recuerda las risas de los niños.
34
La luna ya no luce como antes,
el smog no permite ver el cielo.
35
La memoria no puede
recordar esas piedras y pretiles
que veo cuando salgo a pasear.
36
Todo me habla de mundos intangibles
que flotan en el aire de lo ínfimo.
37
Sobre la ría veo una silueta
que atrae con su magia a un petrolero.
38
La calima secuestra nubes grises
y las convierte en seres de algún cuento.
Ana Muela Sopeña