Editorial Alaire

Tristeza que invades las almas
¡que duro resulta el camino!,
cúmulo de errores en daños sufridos
grave la ignorancia del amor herido.

Estoy muy serena, el dolor enseña
y dejaré atrás, tu estigma y su huella,
pues desde mi otoño...aún sueño reir
que un halo de luz por sutil que sea,
alivie mis males, me dé vida nueva,

Y en la amanecida, con la brisa fresca
yo pueda decirte, sintiéndome plena.
¡Adios para siempre!...te olvidé, tristeza.


Regreso sin ambición, leeré aquello que me llegue. Saludos

Está muy bien hilvanado este poema.
Un estilo sencillo y difícil.
La dificultad de tratar temas sencillos, y hacerlo claramente.
Me ha sonado muy musical.
Abrazos y felicidad.

Ricardo agradezco su atinada opinión, me baso en la música. Sea feliz.

Dulzura y sensibilidad que dibuja el destello esperanzador...un gusto leerte amiga...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Siempre es un placer leer tus opiniones. Un abrazo grande,