Editorial Alaire

...

Lola había recorrido siete mil kilómetros
descalza sobre hielo y espejos. La noche
era como cualquier otra noche
sin luna, sin lluvia, sin misterio.

No guardaba secretos por descubrir,
no había robado un banco,
no era rubia ni fumaba hachís.
No hablaba francés. Ni alta ni delgada.

Se perdió a la vuelta de la esquina
cuando miré hacia el puerto iluminado
por las velas de los barcos naufragados
en noches así, sin enigmas, sin intrigas.
Solo es eso,
solo es que desaparece una porción
en el reloj y se comprimen los años
hasta destilar un segundo inexistente
para burlar a la vida
mediante una estafa al tiempo.

Lola se llevó siete poemas tras la esquina.
Sé que los escribí.
Hablaban de hielo y de espejos y lluvias,
de huecos en el tiempo y desconocidos;
de esas cosas que la luz y la sombra crean,
secretos y misterios en manos de miradas
tibias con acento de países extranjeros.

Recuerdo que estuvo ahí
sentada sobre un noray, encapilladas
sus piernas a la base mientras soñaba
ella con nubes y yo con soles de barro.

Pero no, no sé nada de ella. Hoy, aquí,
sobre arena de marea llueven luceros.

...

Un poemazo, Ignacio:

Tantas y tantas vidas perdidas que quedan en sombra, que quedan en nada...

Aplausos
Un abrazo
Ana

Me llega profundo tu poema con calidad de versos y humanidad de fondo. Me ha encantado.
Felicidades.
Abrazos
PIlar

Bellísimo poema, Ignacio, bellísimo.

Pero no, no sé nada de ella. Hoy, aquí,
sobre arena de marea llueven luceros. Uffff!!!

Un abrazo

¡Wow! precioso poema Ignacio, la tercera estrofa es magistral.
Felicidades y gracias por la belleza de tu poesía.
Un abrazo.

Ignacio Mincholed escribió:...

Lola había recorrido siete mil kilómetros
descalza sobre hielo y espejos. La noche
era como cualquier otra noche
sin luna, sin lluvia, sin misterio.

No guardaba secretos por descubrir,
no había robado un banco,
no era rubia ni fumaba hachís.
No hablaba francés. Ni alta ni delgada.

Se perdió a la vuelta de la esquina
cuando miré hacia el puerto iluminado
por las velas de los barcos naufragados
en noches así, sin enigmas, sin intrigas.
Solo es eso,
solo es que desaparece una porción
en el reloj y se comprimen los años
hasta destilar un segundo inexistente
para burlar a la vida
mediante una estafa al tiempo.

Lola se llevó siete poemas tras la esquina.
Sé que los escribí.
Hablaban de hielo y de espejos y lluvias,
de huecos en el tiempo y desconocidos;
de esas cosas que la luz y la sombra crean,
secretos y misterios en manos de miradas
tibias con acento de países extranjeros.

Recuerdo que estuvo ahí
sentada sobre un noray, encapilladas
sus piernas a la base mientras soñaba
ella con nubes y yo con soles de barro.

Pero no, no sé nada de ella. Hoy, aquí,
sobre arena de marea llueven luceros.

...

Poema inmenso; hermosura, brillo, inteligencia y esa irrupción de vuelo muy alto.
De ovación y emoción a partes iguales, Ignacio.

Un abrazo.

Maravilloso, Ignacio!!!
Un lenguaje sobrio, pero muy imaginativo y gran inteligencia poética.

Se perdió a la vuelta de la esquina
cuando miré hacia el puerto iluminado
por las velas de los barcos naufragados
en noches así, sin enigmas, sin intrigas.
Solo es eso,
solo es que desaparece una porción
en el reloj y se comprimen los años
hasta destilar un segundo inexistente
para burlar a la vida
mediante una estafa al tiempo.

Selecciono estos momentos, pero si no te gustan, tengo muchas más

Todo un placer de lectura, querido amigo

Ana Muela Sopeña escribió:Un poemazo, Ignacio:

Tantas y tantas vidas perdidas que quedan en sombra, que quedan en nada...

Aplausos
Un abrazo
Ana

Ana, gracias por la nota y tu consideración.

Un abrazo.
Ignacio

¡Cuántas personas pasarán por nuestra vida? Nos dan vidilla unos minutos y desaparecen.
¿Lola sería la misma veinte años después? ¿Seguiría manteniendo su atractivo?
Ayer me tropecé con un amigo (veinte años después), bueno ahora se ha quedado en conocido de otra vida. Una hora a pie quieto y multitud de recuerdos.
Pienso que Lola ha de desaparecer para mantener vivo un recuerdo.

Maravilloso poema, Ignacio.
Un abrazo.

"Lola se llevó siete poemas tras la esquina."
Me ha gustado mucho esta Lola, compañero, aunque se llevase siete poemas
te ha dejado el más hermoso.Un placer, Ignacio,un abrazo.

Muy bueno Ignacio este poema, marca de la casa: inteligente, emotivo , impecable formalmente y profundo en sus planteamientos conceptuales.
Muchos tenemos bellos fantasmas que nos acompañan pero no todos sabemos plasmarlos en versos como tú has hecho.
Un abrazote amigo

Ignacio Mincholed escribió:
no había robado un banco,
no era rubia ni fumaba hachís.
No hablaba francés. Ni alta ni delgada.

Se perdió a la vuelta de la esquina
cuando miré hacia el puerto iluminado
por las velas de los barcos naufragados
en noches así, sin enigmas, sin intrigas.
Solo es eso,
solo es que desaparece una porción
en el reloj y se comprimen los años
hasta destilar un segundo inexistente
para burlar a la vida
mediante una estafa al tiempo.

Hermoso poema, Ignacio. Los versos que destaco arriba me gustaron de manera especial. Mis felicitaciones y abrazo amigo.

Es este un gran poema, Ignacio. Empleas un vocabulario no vulgar que mezclas con situaciones sencillas dando por resultado una emoción accesible y una armonía muy bella.
Abrazos.
Jerónimo

Me ha gustado mucho tu poema, amigo Ignacio. Todos tenemos nuestras Lolas. Has logrado crear una atmósfera de expectación para regalarnos un remate justo, niquelado. Tu poema me ha emocionado.

Un abrazo fuerte.
Óscar

Ignacio,

me gusta el poema, amigo. Muy original el ambiente que recrea, simbólico y refinado. Las imágenes tienen ese sello tuyo de sosiego, pulcritud, serenidad que las hace llegar por la vía de la calma, ajenas a todo aspaviento.

A mí me gusta.
Abrazo.