El hombre sin rostro

[Ana Muela Sopeña]

Por las calles habita
un hombre sin un rostro que deambula
entre edificios sórdidos.

Parece que las nubes le fascinan
y cada día eleva
sus ojos a los cielos,
para contemplar formas extrañas.

Pinta cuadros de sombras
con su imaginación llena de luz.

El hombre es invisible,
su mundo se parece a las tormentas.

Respira con el ritmo de la urbe,
pero nadie se percata de sus pasos.

Cada noche su mente se ilumina
con recuerdos imborrables de otra época.

Reside en la memoria de los astros
y a veces en su espacio de visiones
construye identidades en el sueño.

Sabe del caos que mora en los fractales
y descubre en los números la magia
que un rostro definido le daría.

El hombre, cuando duerme,
se coloca una máscara
para sentirse alguien.

Pero al despertar
de nuevo vuelve a ser hombre sin rostro
y acepta su locura
con lágrimas de exilio...


Ana Muela Sopeña

[Alejandro Costa]

Pero al despertar
de nuevo vuelve a ser hombre sin rostro
y acepta su locura
con lágrimas de exilio...

El poema me parece magnífico y no entiendo el motivo de no tener aún comentarios.

Esta estrofa final es el corazón del poema y además es profundo y precioso.

Un besazo.

[Pilar Morte]

Has ahondado en ese hombre reflejo de muchas vidas. Precioso y sentido poema.
Abrazos
Pilar

[Vilma Orzari Piva]

Belo poema de criativa inspiração!
O homem e suas visões perambulando pelas ruas! Mágico, profundo!!
Paz e Bem!

[Simon Abadia]

El hombre, cuando duerme,
se coloca una máscara
para sentirse alguien.

Pero al despertar
de nuevo vuelve a ser hombre sin rostro
y acepta su locura
con lágrimas de exilio...


Reseño estas estrofas porque son impecables para todo el poema.
Un abrazo,

Simon

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Alejandro, me alegra que te guste.

Un abrazo grande
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Muchas gracias, Pilar, por brindarme tus palabras.

Un abrazo grande
Ana

[Gustavo Casado]

Me gustó mucho, Ana, la postal urbana que trajiste de ese hombre sin rostro, como tantos hombres sin rostro, que deambulan entre edificios sórdidos.

Un abrazo.

[Ana Muela Sopeña]

Agradezco, Vilma, tus palabras sobre estos versos.

Un fuerte abrazo
Ana

[Ana Muela Sopeña]

Gracias, Simón, por venir...

Un beso
Ana

[Rafel Calle]

Un interesante paseo por la poesía urbanita, que rematas admirablemente, amiga Ana.
Felicidades y un cordial abrazo.

[Marisa Peral]

Por las calles habita
un hombre sin un rostro que deambula
entre edificios sórdidos.

Parece que las nubes le fascinan
y cada día eleva
sus ojos a los cielos,
para contemplar formas extrañas.

Pinta cuadros de sombras
con su imaginación llena de luz.

El hombre es invisible,
su mundo se parece a las tormentas.

Respira con el ritmo de la urbe,
pero nadie se percata de sus pasos.

Cada noche su mente se ilumina
con recuerdos imborrables de otra época.

Reside en la memoria de los astros
y a veces en su espacio de visiones
construye identidades en el sueño.

Sabe del caos que mora en los fractales
y descubre en los números la magia
que un rostro definido le daría.

El hombre, cuando duerme,
se coloca una máscara
para sentirse alguien.

Pero al despertar
de nuevo vuelve a ser hombre sin rostro
y acepta su locura
con lágrimas de exilio...


Ana Muela Sopeña

Este excelente poema se quedó anclado a las puertas de la pandemia.
Gracias por rescatarlo y lo dejo entero.
Tiene versos imprescindibles y un cierre a la altura que tú sabes imprimir.
¡Felicidades, Ana!

Un beso.