Editorial Alaire

A mi madre
.
La transfusión de sangre ha terminado
para poder dar alas al gran sueño
y salir del camino del beleño
en medio de este lodo abandonado.

Resuenan las verdades en el hado,
las brasas con cenizas de este leño,
la transparencia interna del empeño
que todo lo dibuja anticipado.

Mi madre solo habla de la guerra
de los años del frío, del pan duro,
colas en la ciudad, racionamiento.

Ahora ella disfruta de la tierra,
intenta siempre huir del cono oscuro
y escapar del crepúsculo del viento.


Ana Muela Sopeña

Me alegra que haya superado este episodio, Ana.
Qué fortaleza tiene!!
Es una preciosa dedicatoria y un poema lleno de vida.
Ánimo, querida amiga, sé que es difícil para tí.
Abrazos y besos.

Qué suerte, Ana, tenerla a tu lado tan bien con esa edad; y qué alegría para ella tenerte.
Precioso y tierno poema.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Marisa:

Sí... tiene fortaleza. Pero su cuidado me agota. A veces tengo la sensación de que no puedo más. Luego me recupero y sigo.

Ya llevo 5 años y 3 meses cuidándola.

Un fuerte abrazo
Gracias por venir
Ana

Hermoso poema lograste, Ana. Al leerlo por un momento pensé que ella ya no estaba. Y no te agotes; saca fuerzas de donde puedas; besa a tu madre ya que está la dicha de tenerla, porque después ya será tarde.

Un abrazo.

A mí también me ha gustado tu soneto, Ana. Saludos.

Bello y entrañable trabajo, amiga Ana.
Abrazos.

Ana,

me gusta el soneto, amiga. Completo y ordenado, bien planteado y bien rematado. El homenaje añade un plus de atractivo que le aporta ternura y profundidad. Los planos temporales alternos (pasado-presente) resultan armónicos y tratados con notable lirismo.

A mí me gusta.
Abrazos.

Precioso soneto, con una carga de sensibilidad y humanidad muy grandes.
Un abrazo
J. Manuel