Editorial Alaire

...

El hombre insatisfecho padecía de melancolía.
Observaba el entusiasmo
de los árboles ante el viento, el bailar alocado
de las hojas en las ramas;
velas de navíos sin casco. Imaginó todo el mar,
toda la arena acumulada.

No hay sombras en el sol, solo bajo los árboles.

Soy eso que pienso,
o soy eso que hago.

El hombre insatisfecho se balanceaba varado,
dudaba de su realidad. Quién era en su tierra.

Acuñado en las circunstancias
ondulado entre la pertinencia
cuando se somete la voluntad
al reducido espacio del hacer.
Cuál era su tierra.

Ninguna es la definitiva. Cualquiera es la tierra.
Entonces sucede
que la sustancia de la vida se evapora huracán
intratable en el complejo laberinto del tiempo
y resultas ajeno
a la arisca combustión de los cuerpos celestes.

...

Ignacio, me ha emocionado la tierra a medida del hombre, ese mismo que inquieta la atmósfera y susurra en los huecos del espacio palabras de combustión (insostenibles quizá para el deseo astral).

Abrazo y felicitaciones.

Un poema muy actual, Ignacio:

El hombre insatisfecho sigue preocupado de sus pequeñas rutinas y miserias mientras una parte del planeta (Australia) arde y produce una combustión nunca antes vista. Y el hombre insatisfecho (que somos todos) permanece preocupado de sus rutinas y de sus miserias, como si eso fuera ajeno a él.

Eso me ha producido tu poema... esa sensación.

Como siempre un placer leerte

Enhorabuena
Un beso
Ana

Ignacio,

me gusta el poema, amigo. Me gusta la seriedad, la serenidad que desprende, el tono pulcro y contenido. Podría parecer frío, pero esa aparente frialdad, ese distanciamiento, me parece un buen recurso para trasmitir melancolía, nostalgia de algo indefinido... Un recurso que sabes manejar muy hábilmente.

A mí me gusta.
Abrazos.

Un poema, como es habitual en tu obra, inteligente, atractivo y bien estructurado. Además lo has cerrado muy bien.
Solo me descuadra un poco los cambios de persona verbal o gramatical a lo largo del poema (él, yo, él, tú).
Buen poema, Ignacio. Mis felicitaciones y un fuerte abrazo.

Puede que resultemos ajenos a la combustión celeste; de cualquier forma un poema logrado. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Qué lindo querido amigo... emociona en su recorrido... esa combustión también ha cruzado mi camino de letras...un gusto la cercanía...
Y un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Hallie Hernández Alfaro escribió:Ignacio, me ha emocionado la tierra a medida del hombre, ese mismo que inquieta la atmósfera y susurra en los huecos del espacio palabras de combustión (insostenibles quizá para el deseo astral).

Abrazo y felicitaciones.

Muy amable, Hallie, siempre aprecio tus notas.

Gracias y un abrazo.
Ignacio

Soy eso que pienso,
o soy eso que hago.

Creo que estos dos versos son la clave de este introspectivo poema que alarga la duda sobre una realidad que en todo momentos parece atraparnos con su ardiente indiferencia.
Quizá el pensamiento y la imaginación, la poesía y el arte en general, son los únicos caminos que abren las grietas de la fuga.

Todo un placer de lectura, maestro Ignacio.

Ignacio

Me ha gustado tu poema; un placer su lectura.
Un abrazo.

Bello e interesante trabajo, amigo Ignacio.
Abrazos.

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema muy actual, Ignacio:

El hombre insatisfecho sigue preocupado de sus pequeñas rutinas y miserias mientras una parte del planeta (Australia) arde y produce una combustión nunca antes vista. Y el hombre insatisfecho (que somos todos) permanece preocupado de sus rutinas y de sus miserias, como si eso fuera ajeno a él.

Eso me ha producido tu poema... esa sensación.

Como siempre un placer leerte

Enhorabuena
Un beso
Ana

Gracias por la nota, Ana, me alegra que te produzca sensaciones,

Un abrazo.
Ignacio

Reflexiones del hombre observador que el poeta hace suyas y plasma con maestría en esta prosa poética de gran valor y certero ejemplo para la actual sociedad.
Un cordial saludo.

Se presta para mucha reflexión ese hombre insatisfecho y melancólico, ajeno la combustión de los cuerpos celestes. Creo que, quien más quien menos, los seres humanos nos hemos sentido así algunas veces. Yo reconozco ese sentimiento de cautiverio en el universo infinito, ante la soledad cósmica del hombre. Pero hay más, mucho más en tu poema de marcado rasgo existencialista. Tu poesía, cada vez más, se hace fuerte y sólida, intelectual y mesurada (aunque tampoco dejas de indagar en el amor). Salud.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Pablo Ibáñez escribió:Ignacio,

me gusta el poema, amigo. Me gusta la seriedad, la serenidad que desprende, el tono pulcro y contenido. Podría parecer frío, pero esa aparente frialdad, ese distanciamiento, me parece un buen recurso para trasmitir melancolía, nostalgia de algo indefinido... Un recurso que sabes manejar muy hábilmente.

A mí me gusta.
Abrazos.

Gracias Pablo. Siempre aprecio tus notas.

Un abrazo.
Ignacio