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Consentimiento celestial (Tortura a base de conceptos)

Publicado: Mié, 08 Ene 2020 11:45
por Ricardo López Castro.
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Siempre que llego a ti, me dices basta,
cuando me inoportuno, cuando me quedo en ascuas,
si has abierto un portal fantasmagórico,
si los reflejos hablan.

De por sí no eres lúcida, diversa
es la fuente que trata de beberme,
ambigüedad elíptica que apuñala a los pájaros.

En un vuelo voraz y decadente
te muestro mis silencios, escritos en la niebla,
quizá sea el destino.

Donde nace ya el iris, imagino un ocaso,
pero son tan quiméricas las suelas del zapato
como llegar al cielo con la vista.

No respiro fogatas, pero guardo los éxitos
que me bañan en plata, quizá en bisutería,
mercado de estraperlo, si los cinco sentidos
se inmiscuyen en cosmos divergentes.

Lagartos y piruetas, cuando siempre que intento echarte el guante,
lo devuelven mordido, como si un lametón no fuera suficiente
para cicatrizar fachadas de imposibles,
de siluetas inmersas en penumbra,
cuando el flexo retrae.

Y no todas las luces son iguales,
como papiroflexia arrugo mis poemas,
y trascienden a ras del sentimiento.

Porque pasar de página es lo mismo que un vicio.
La cultura, hoy en día, el retorno.
Vengo desde muy lejos, pues estuve en el índice
concentrado.

Ya no se inventan libros.
Y es la necesidad más potente que el miedo o el recelo.
Me conozco, al igual que un rascacielos.
Jamás abarcaré lo abrupto de un espectro,
bombillas averiadas solo salen a rosca.

Muchas veces incluyo la evolución insigne
de ésta, mi vocación,
del largo recorrido de los trenes,
en que te despedí con un pañuelo
-Ahora dicen que el mundo es un pañuelo-.

Volví la vista atrás cuando ya los cadáveres del tiempo
obstruían mis párpados.
He sido siempre el mismo, por ello patrocino mi mirada perdida,
con monedas de feria.

He sido la atracción de tu teatro.
Al final de este acto, haré un solo,
así como persigo mi sombra en tus amígdalas.

Mi retórica jamás deja lugar a dudas.
Te incluyo en mi poesía solo para dar grima.
Una forma distinta al sentimiento,
basada en sus raíces.
Ese árbol nunca duerme,
siempre evito los sueños,
no traigo savia nueva, tampoco baso en traumas
el surtido de ideas que me asaltan,
de una manera tenue y delicada, incluso frágil,
descuidada, inocente, siempre marco distancias,
no profundizo en mí para volver a darte calabazas,
mientras mi abismo admite solamente caída libre.

No me adentro en la jungla del delirio,
paranoias las tiene todo ser de a pie.
¿Cuánto caos para un mito?
Los ídolos censuran.
Los conceptos bien saben cómo echar a perder la existencia del hombre.

"No crean lo que ven, lo que no ven ocupa sus creencias"

Re: Consentimiento celestial (Tortura a base de conceptos)

Publicado: Mié, 08 Ene 2020 15:10
por Ana Muela Sopeña
Qué buen poema, Ricardo:

Fuerza, contundencia, buenas imágenes, un lenguaje poético muy bien labrado.

Felicitaciones
Abrazos
Ana