Editorial Alaire

ADIÓS en este otoño
—el último—
¡Quién sabe!
Adiós como una hoja agostada del parque
me voy, llevado por el viento, tan lejos...

El caracol dejó una huella babosa sobre la arena.
Se arrastraba lento y tosía
La tormenta hacía más lenta su marcha
hacia el bosque lejano.
Un peregrinaje largo
que había comenzado tiempo atrás.
Partió una mañana otoñal
con suelo sembrado de hojas amarillas.

ADIÓS al corazón que aceleraba el tiempo.
Adiós a tu cariño —si es que fue como el mío—,
adiós con una lágrima que debe repartirse
cuando la luna nueva recobre su ciclo.

El viento susurraba despacio
melodías de olvido despidiéndolo.
El caracol buscaba la piedra
de la “no-soledad”
Por fin llegó y descubrió el vacío.
Desesperado recogió los tentáculos
y dejó de mirar los amaneceres rojos,
de comer hojas frescas,
de moverse…

ADIÓS. Ya vuelve el corazón partido
de noche, encadenado, cuando vienen
fantasmas a alterar el reposo.

El caracol, en su concha,
esperó la muerte seca.
Llevaba años solo con la casa a cuestas.
Estaba harto.
Quemó sus fotografías y durmió.
Pero no se dio cuenta de que moría
sobre el rastro húmedo de otro caracol.

Qué bello, Ana:

Un poema lleno de emociones con el caracol personificando plenamente los sentimientos del corazón.

Me ha gustado mucho.

Un fuerte abrazo
Ana

Un poema triste, Ana. La vida del caracol siempre me había parecido que tenía más posibilidades, pero este caracol tuyo tiene mala suerte.
Hace poco escribí algo que después de leerte ya no me parece tan apetecible

Y mi mundo se puebla
de frustración y gravedad. Me atrae
el refugio en la piel del caracol.


Este modo de escribir y repartir las estrofas es muy original y te funciona genial, ya veo que lo mantienes en muchos poemas.

Un abrazo.

¡Dito dios! Cuando empecé a leer la introducción me decía: estos versos me suenan mucho -siempre olvido lo importante-. Cuando continuaba me dije con envidia: me gustaría haber escrito algo así a una dama. Cuando vi que era mi hermano Renato el que los había escrito me eché a llorar. Me costó unos minutos seguir emocionado tu poema, mil veces mejor que el de Renato.
Has poetizado de forma tan bella lo que es un ADIOS que no recuerdo haberme despedido nunca.

Besazo

Hermoso y muy emotivo poema. Me ha atrapado desde el primer verso. Una forma de decir adiós sugerente y bella-. Felicidades.
Abrazos
Pilar

Ya ves, Ana, otro poemilla de amor. Me ha dado por ahí. Tuve una racha que solo hablaba de la noche, la soledad (buenos esta sigue presente) o la muerte.
Veremos cual será el siguiente tema. Me dejo llevar, como el pobre caracol.
Otro abrazo enorme para ti.

Yo tengo ganas de leer tu caracol. Ver de que color es la piel de tu poema. Me gusta comprobar como un mismo tema cambia según quien lo escriba.
Ese sistema de estrofas tiene sus porqués. Cuando termino un poema con la idea que me ronda (primero hago el cuerpo principal), suelo verlo soso y necesito añadir complementos. Vestirlo de gala o arroparlo si el tema lo requiere y es cuando veo en negrita lo que le falta.
Gracias por tus palabras, Valle.
Un abrazo.

Mira que tiene bemoles no recordar uno de los poemas, más bellos, que me dedicaste, y lo más raro es que te emocionaste. Eres la leche en verso. Para que veas que eres capaz de lagrimear con algo tuyo.
¿Me permites añadir aqu´´í el poema? Bueno como es un dedicado creo que puedo hacerlo.

Arenas de Cahuita

No me tires por el abismo de la memoria,
no juzgues demasiado al marinero; hazme cómplice
de tus derrotas, de tus heridas
que lameré sin nombre, como las olas
que miran con ojos de viejo
perro.
Mi nariz y mis canas rozando el pezón de la dicha
consentida,
mano tierna, amiga, celofán hasta la mañana.

Hazme bello en tu pensar. De mis torpes manías
resucítame
hoy,
que no tengo ya ningún mar.
Como un Lázaro que, mimado de todas las espinas,
a cambio,
te pudiera hacer nueva, sin daño, sin tiempo,
perfumada solo de vida.

Hno Renato Vega

"El Renato" es un poco romántico, yo creo que el perro le ha de ladrar más de una vez.
Muchas gracias por esas lágrimas por tu/mi poema.
Besazo, Miguel.

Hola Ana.
Me gustó tu poema triste, triste...

El caracol, en su concha,
esperó la muerte seca.
Llevaba años solo con la casa a cuestas.
Estaba harto.
Quemó sus fotografías y durmió..

Me gustó mucho.
Un saludo.

Tan bello como interesante trabajo, amiga Ana.
Abrazos.

Me alegra saber que te ha gustado, Gustavo.
Gracias por pasar y dejar tu huella.
Un saludo.

Agradecida por tus palabras te saludo, Rafel.
Un abrazo.

Me gustó mucho el poema, Ana, triste, hermoso, y muy bien escrito.

Un saludo.

Un poema muy evocador y que maneja muy bien el lenguaje poético.

Todo un placer de lectura, amiga Ana.

Un bico.

Me ha gustado este poema de adioses que nos saluda, Ana, con la agilidad de tus versos. Felicitaciones.

Jojines, Ana, rehostias, qué bueno el poema. Yo soy un caracol, entre otras cosas, y siempre visualicé mi última despedida "comme ça": dejandome ir sin prisas y muriendo sobre cualquier rastro... qué más da. Y no lo veo triste; simplemente bello y como ha de ser cualquier despedida que se precie. Al final el olvido se convierte en universal.
Lo tengo en cuenta, como inspiración, para el próximo poema de la "Colección de despedidas". Puede que sea el XXV... si es que nunca he sabido despedirme.
Un abrazo, Ana, desde estos campos mojados... ideal para los caracoles.

Un poema fuerte, hermoso y digno de muchas lecturas.

Abrazos y felicidad, Ana.