Ven
Publicado: Jue, 14 Nov 2019 20:07
Retomo ahora en calma el pulso del pasado,
descorro sus cortinas de nostalgia y aparece
ante mis ojos los sueños inconclusos y el dilema
de esta vida que ha surcado ocasos y crepúsculos
y ha modelado con desgana mi identidad de arcilla.
Hay días que me siento como el viento,
apátrida que huye del destino y sobre la piel
se queda reflejado el dolor de mi esperanza,
ya fragmentada en los vértices del tiempo.
Y contigo quisiera compartir la palabra, y la voz,
y el mosto de los dioses que fermentó en tu boca
cuando me dieron a beber el vino de la dicha.
Yo siempre tengo abierto de par en par el corazón,
si quieres pasar, en su umbral espérame y después
entra conmigo, compartamos su latido, y en cada
vibración sintamos ese impulso aún no envejecido
de mi libertad por que todavía impúber se desnuda
y para ti baila aquella danza antigua que irrumpe
en madrugada y crece como una ilusión en carne viva.
Ven, apuremos esta porción colmada de ternura,
saciemos el dolor y la belleza de estar vivos,
y descansemos sobre el lecho que nos promete el futuro,
porque el alma tengo ya debilitada y escuece
esta soledad que envuelve al amanecer con sus heridas
descorro sus cortinas de nostalgia y aparece
ante mis ojos los sueños inconclusos y el dilema
de esta vida que ha surcado ocasos y crepúsculos
y ha modelado con desgana mi identidad de arcilla.
Hay días que me siento como el viento,
apátrida que huye del destino y sobre la piel
se queda reflejado el dolor de mi esperanza,
ya fragmentada en los vértices del tiempo.
Y contigo quisiera compartir la palabra, y la voz,
y el mosto de los dioses que fermentó en tu boca
cuando me dieron a beber el vino de la dicha.
Yo siempre tengo abierto de par en par el corazón,
si quieres pasar, en su umbral espérame y después
entra conmigo, compartamos su latido, y en cada
vibración sintamos ese impulso aún no envejecido
de mi libertad por que todavía impúber se desnuda
y para ti baila aquella danza antigua que irrumpe
en madrugada y crece como una ilusión en carne viva.
Ven, apuremos esta porción colmada de ternura,
saciemos el dolor y la belleza de estar vivos,
y descansemos sobre el lecho que nos promete el futuro,
porque el alma tengo ya debilitada y escuece
esta soledad que envuelve al amanecer con sus heridas