Editorial Alaire

Los niños abusados
lloran desde la noche primitiva
en sus cuevas de pánico,
soñando con gritar su cruel dolor.

Cada noche las lágrimas
se derraman desnudas,
pero ya no están solos.
El mundo se rebela,
quiere que esta barbarie
salga a la luz en todas las noticias.

No son casos aislados,
son prácticas normales
para esos demonios disfrazados
de humildes servidores de la fe,
de grandes empresarios,
de políticos íntegros y honrados,
de jueces extremadamente buenos.

Cuando toda esta chusma
sea señalada con el dedo
y los niños por fin
sean respetados
en su dulce inocencia,
el curso de la historia cambiará.

Los seres que perpetran tales crímenes,
porque hay muchas maneras de matar,
merecen ser atados
en prisiones perpetuas
para que dejen de una vez
su aberrante conducta antisocial.

Cuando esto suceda
los humanos podrán
respirar aliviados
por el encerramiento de los monstruos.

Las víctimas
han muerto reventadas
por el daño infinito,
mas ahora, despacio, resucitan.
Salen de sus ocultas madrigueras
y buscan,
con denuncias,
la justicia que todo lo restaure.


Ana Muela Sopeña

Ay, Ana, cuánta tragedia ha existido escondia. Cuánto sufrimiento. Menos mal que sale a la luz y eso hará que sea menos habitual.
Poema de denuncia necesario y hermoso.
Abrazos
Pilar

Llegan estos versos con mucha fuerza vital y deseo de cambio.
Los demonios existen y no son una metáfora, querida Ana. Parasitan mentes y voluntades, ciertamente parecen formar unidad con muchos seres humanos.
Acabo de mirar las noticias, los monstruos suavizan los crímenes; desde el alma precaria, ostentan un dejo de cobardía sencillamente insoportable.
Siempre es importante combatir su empoderamiento con las intenciones de la palabra solidaria y justa.

Abrazo lleno de afecto.

cruel realidad que sigue pasando.

Gracias, Pilar, por venir:

Un fuerte abrazo
Ana

Hola, Ana. Terrible tu poema. En lo formal destaco el trabajo rítmico, que me ha gustado mucho. En el contenido, no estoy de acuerdo con que sean "prácticas normales": yo realmente no veo ahí normalidad alguna. El último verso daría para dialogar mucho: ¿existe una justicia que pueda reparar, y no sólo castigar, cuando son delitos tan graves? Tema filosófico de primera magnitud. Saludos.

Así es, Hallie:

Es algo terrible

Un fuerte abrazo, compañera
Ana

Gracias por venir, Javier:

Un fuerte abrazo
Ana

Hola, Pablo:

No son prácticas normales sino aberrantes, pero para esos pederastas, violadores y abusadores eso es "normal", con el significado de habitual, usual, frecuente. Y... que no tienen conciencia moral. Eso he querido expresar.

No. La justicia de la prisión y de la indemnización no es suficiente, pero ¿qué más se puede hacer? Yo no lo sé...

Un fuerte abrazo
Ana

Un tema muy desagradable que desgraciadamente es habitual, amiga Ana; lo expresas bien en tu poema.
Abrazos.

Crudas realidades que rompen el alma querida amiga...gracias por compartir...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Rafel, por dejar tu huella en este poema.

Un abrazo
Ana

No hay castigo suficiente para estos monstruos.
Bien expresado Ana, estás en racha poética y me alegra leerte.
Felicidades y un abrazo fuerte, compañera.