Editorial Alaire

A Constantino Kavafis a propósito de su poema "La ciudad"


Vagamos por el mundo
persiguiendo el hogar que se esfumó
en nuestras calles sórdidas y tristes.
Una luz asombrada nos acoge
en otras avenidas más amables,
pero todo es inútil.
La sombra de la infancia no nos deja,
permanece adherida a nuestra piel.
Nuestro pasado es sombra, lastre, bruma.
Parece que se extingue en el vacío,
pero todo es un cuento sin final.

La ciudad nos habita por las noches
con sus dientes de lobo
y sus garras de miedo en los suburbios.

Si dentro de nosotros no hay un cambio
el viaje solo es un simulacro.

Ya Kavafis lo supo
y nos legó sus versos más profundos
de su poema inmóvil "La ciudad".

El eterno retorno de su música
nos hace recordar que solo somos
humanos aprendices de la luz
escapando del peso del ayer.


Ana Muela Sopeña

Un poema muy hermoso, Ana. Mis sinceras felicitaciones, amiga. Un abrazo.

pd: no había leído el poema de Kavafis, y me encantó. Gracias por recordarlo.


Dices: “Iré a otra tierra, hacia otro mar,
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo los ojos solo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí”.

No hallarás otra tierra ni otro mar.
La ciudad irá en ti siempre. Volverás
a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra.

Muchas gracias, Luis:

La verdad es que los poemas de Kavafis son magistrales. "La ciudad", en concreto, lo conocí en 1981. Es un poema que siempre llega muy adentro.

Gracias, Luis, por copiarlo en tu comentario.

Un fuerte abrazo, amigo poeta
Ana

Sí, es un poema bello, urbano y melancólico.

Estos dos versos los siento especialmente, por identificación personal, me pregunto si alguien escapa de las sensaciones que deja esa época.
La sombra de la infancia no nos deja,
permanece adherida a nuestra piel.
Las infancias desgraciadas marcan para siempre y las felices son el mayor foco de nostalgia que conozco.

Un abrazo, Ana.
Sergio.

Un muy bello poema, Ana, envuelto entre luces de melancolía y nostalgia. Me gustan mucho esos pasajes y paisajes urbanos que nos propones.
Mi felicitación.
Un gran abrazo.

Gracias, Sergio:

Sí... tienes razón. La infancia es un territorio delicado por los traumas o por los bellos recuerdos imborrables que deja.

Un fuerte abrazo
Ana

Muy buen poema Ana.

Me has recordado esa canción: la vida es pura teatro. Estudiado simulacro. La cantaba Cecilia hace unos meses para una obra de teatro.

Muy buen poema el de Kavafis.
Abrazos.

La ciudad, el hogar... Algunos todavía ahí estamos, encontrando nuestro sitio.

Belli´simo y melancólico poema con versos muy logrados (La sombra de la infancia no nos deja,/permanece adherida a nuestra piel.). Para bien o para mal, el pasado es nuestra herencia.
Saludos afectuosos, amiga Ana.

Muy agradecida por tus palabras, Ramón:

Un beso
Ana

Muchas gracias, Antonia:

Un beso
Ana

Un poema redondo, en el que cada palabra está donde tiene que estar para transmitir.
Te felicito Ana.
Un abrazo
J. manuel

Hola, John:

Muchas gracias por venir.

Un fuerte abrazo
Ana

Me alegra, José Manuel, que el poema te haya gustado.

Un fuerte abrazo
Ana

Hola Ana, cuánta verdad hay en tus bellos versos, tan melancólicos y tan bien construidos. Muchas veces queremos cambiar haciendo cosas diferentes marchándonos a otros lugares , como si pudiéramos huir de nosotros mismos.
Me ha gustado mucho.
Abrazos