Editorial Alaire

Si quieres, revisa la córnea del viento,
apacigua el latido de la escarcha,
tan solo se duerme cuando revoca el iodo
y se envuelve la sábana cuando el alma nazca.

Si sientes, es que el ave sobrevuela lozana,
la lluvia se mueve al son de los vientos del norte,
y en los acantilados del pecho
revolotea algo que es indolente, pero frágil como la espuma.

Si lentamente vives, la llama se apaga
cuando la brasa se olvida del fuego,
los arbustos se defenestran al luchar contra la nada,
y las manos no te tiemblan porque hiele el nuevo día.

Si por el contrario vives desbocado,
el mar se altera y tu piel sangra olas de sudor,
no oyes el misterio, ni acallas las palabras
que desnuda tu boca como la aurora fresca.

Más si mueres, escondes bajo los párpados el día,
te hiela el sudor de las olas,
y ves como aquello anhelado, se convierte en farándula
donde arrojar y disfrazar el panfleto de la vida.

¿Y después, qué hay?

No lo sé.
Tal vez el recuerdo en los cortesanos
o la simple indiferencia de los encarcelados.

No esperes mucho más.

Si quieres, si sientes, si vives...
En cada estrofa hay una reflexión profunda, versos hermosos las acompañan.
Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Muy buen poema, Alejandro. Hermosas imágenes, y entiendo que hay un sentimiento de abnegación, como si el destino fuera inevitable.
Todo un placer de lectura.
Vaya mi felicitación y aplauso.
Un abrazo.

"no oyes el misterio, ni acallas las palabras
que desnuda tu boca como la aurora fresca"

Todo un placer de lectura, viejo amigo.

Un fuerte abrazo.

un lujo de poesía brillante.

Tan bello como interesante trabajo, amigo Alejandro.
Abrazos.