El señor del sombrero enmascarado, la sombría sin sombra,
el retrete en que desalojan los okupas,
la ciencia mendigante, mendicante,
ese amor que creíste que era el último, sigue siendo el primero.
Una historia tan breve, para acabar tirando de la cadena.
En verdad somos seres de otro palo:
El que se lleva el agua.
La ingenuidad menguante a juego con la luna,
ese sol de persona, que eternamente esconde sus virtudes
-¡Ay, si no nos bañaran los reflejos lumínicos!-,
el astro plano, cuya naturaleza esférica no se ve desde ningún punto
-Esto va por todos los escritores-.
el retrete en que desalojan los okupas,
la ciencia mendigante, mendicante,
ese amor que creíste que era el último, sigue siendo el primero.
Una historia tan breve, para acabar tirando de la cadena.
En verdad somos seres de otro palo:
El que se lleva el agua.
La ingenuidad menguante a juego con la luna,
ese sol de persona, que eternamente esconde sus virtudes
-¡Ay, si no nos bañaran los reflejos lumínicos!-,
el astro plano, cuya naturaleza esférica no se ve desde ningún punto
-Esto va por todos los escritores-.