Editorial Alaire

Los ojos se van aclimatando a la insolente blancura.
Las manos intentan esbozar sobre el teclado el contorno fugaz
de una verdad
con palabras de viento.
A veces pisan charcos de sombras;
otras, se estremecen, reviviendo un drama cotidiano
y abandonan su frustración
sobre los ángulos romos
de una luna menguante.

Ahora vibra un rectángulo sobre la lira
de la emoción salvaje;
Un triángulo
se despoja de una de sus aristas
y deja que penetre en él una aura
de fuegos fatuos,
de luces incendiarias...

Los poliedros
se sorprenden del nulo equilibrio de las figuras planas,
de su falta absoluta de destreza
sobre la cuerda floja de la vida.
Aplauden
su predisposición a derramar el semen
de la locura
sobre una tierra que tiembla bajo sus pies
dactilares
e imaginan la estampa
de un futuro cadáver
amarilleando el virtual y demacrado asfalto.
Sacuden de sus huesos la nostalgia,
y se dan a la fuga
en el preciso instante en que empieza a sangrar
la tinta
del último suicida.

Si no se me adelante nadie, es todo un placer echar al vuelo este excelente poema.
Todo un placer de lectura.
Mi enhorabuena por tan inspiradas letras.
Abrazos.

Me gusta mucho la última estrofa, que se puede extrapolar a la realidad de las personas "planas" y el miedo que tienen a las que pueden jugar con las formas. Terminan yéndose de su lado.
Te felicito.
Un abrazo.

Un poema que dentro de su simbolismo (o surrealismo) resulta "asequible" y atractivo (y por supuesto, como siempre es habitual en ti, muy bien desarrollado y escrito). La última estrofa me parece especialmente lograda. Y es que para mi gusto, cuando introduces elementos actuales y realistas tu poesía gana enteros. Mis sinceras felicitaciones, Rosa. Abrazos, querida amiga.

Muy bien estos juegos geométricos, Rosa. Enlazando las formas con lo sensible.

Un abrazo.
Ignacio

Qué difícil es penetrar, ¿eh?. Desde que están las pantallas y las teclas, la oscuridad del abismo es blanca, luminosa, incitadora. Hay que vencer la inercia de los caracteres y de lo que ya está alumbrado, porque si pulsas una letra, lo racional acecha, la convención acecha, el bagaje acecha. Hay que caminar despacio por las aristas para no caerse en lo plano y hundirse en un poema más. Uno quiere llegar a la cosquilla del antisocratismo cortazariano del " sólo sé que sé algo " y sentir el ácido lamiendo en espiral las paredes de las venas. Allí donde poses los ojos, los de dentro y los que nutren a los de adentro, todo tiene un sabor a humor vítreo, a vapor de transpiraciones sin cuerpo. Y vas caminando, y al final te desplomas, allí, donde está toda la lejanía que has podido por hoy.
Enorme poema, Rosa. Constelado con esa sutileza exclusiva de tu forma de vivir la poesía.
Abrazos.

Un poema de imágenes originales y logradas. Manejas muy bien la deriva de la imagen del poliedro. También me gustó más la segunda estrofa. Felicidades por este hermoso trabajo.
Abrazos
Pilar

Rosa,

un bello simbolismo geométrico, las figuras parecen representar estados de ánimo, o estadios creativos, con sus caras luminosos y con sus aristas. Como es habitual en ti, poema muy pensado y muy bien trabajado, con ese aliento lírico de fondo que siempre sabes darle.

A mí me gusta.
Abrazos.

Un poema redondo, lleno de simbolismo y al mismo tiempo un metapoema en el que el poeta (en este caso tú, amiga Rosa) nos va desgranando su discurso poético. Lo dicho, magistral.

Saludos afectuosos, amiga.

Un poema excepcional, Rosa, para meditar sobre esa realidad de tantas caras y posibilidades que nos rodea y nos deja inmersos en el misterio.

Aplausos
Un abrazo
Ana

Muchas gracias por tu huella, Ramón. Me alegra que te guste el poema.

Un abrazo.

Gracias, Ana, por tu paso e interesante interpretación de este poema.

Un abrazo.

Luis, gracias por dejarme tu opinión, querido amigo. Ya sabes que me gusta experimentar de vez en cuando y darles a mis intentos poéticos un giro diferente.

Espero verte por aquí muy pronto.

Un gran abrazo.

Impresionante, querida Rosa; siempre vengo a tus poemas con las manos en forma porque sé que las voy a necesitar con su máximo vigor para los aplausos.

La segunda estrofa es, sencillamente, magistral.

Abrazo enorme y felicidad.

Nos estás acostumbrando a excelentes poemas. Este también lo es . Un abrazo.