Editorial Alaire

ADIÓS DEFINITIVO

Todavía conservo
el número del móvil de mi madre.
Aún da señal…
Nadie responde.

Un día
me responderá alguien.
Sí, algún día.
Ese día
podré borrar al fin
su nombre de mi agenda.
Para ese día tengo un par de frases
para un adiós definitivo:
«¿Fulanito?... Perdón, me he equivocado»
…o un último «¡Mamá, soy yo!...
Oh, discúlpeme»,
por si fuera muy dulce
la voz
al otro lado.


--oOo--

Qué maravilla, compañero,me has emocionado
y así es imposible escribir derecho.
Un placer de lectura, José Manuel,un abrazo.

Yo también marqué alguna vez su número de teléfono,
el fijo, se negaba a las nuevas tecnologías y a tener móvil, se negaba en rotundo.

Nunca decolgó el teléfono. No creo que se me olvide ese número,
hace muchos años que no lo marco. Ocho casi.
Y por poner un toque de humor, a veces la voz de la mía no era nada dulce jaja
se ponía como una loca, pero aún así, no me importaría llamarla,
y que me gritase y se cabrease.
En breve sería su cumple,
no le gustaban nada las felicitaciones porque llevaba mal cumplir años, aparentaba diez menos de los que en realidad tenía. Y ya ves, ahora ya no tenemos esa opción, ni ella tampoco.

Sería guay, pero no puede ser.

Me ha encantado tu poema. Lo he sentido en mi piel.
Un abrazo.

Muchas gracias Rosario por tu entrañable comentario.
Un abrazo.
J. Manuel

Muy dulce y precioso recuerdo. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias Antonia por tu comentario.
Un abrazo.
J. Manuel

Un poema que eriza la piel, José Manuel.
Tiene todo lo que a mí me gusta en un poema, un breve emocionante y contundente.

Saludos.

José Manuel, amigo, mis felicitaciones por esta emotiva obra.
No hay duda de dónde ha salido. Un privilegio siempre poder degustar tus versos.
Un abrazo