Estuve al otro lado

[Ángeles Hernández]

Estuve al otro lado

Estuve al otro lado pero volví contigo.
Se quebró aquella espada que ensartaba mi pecho,
me envolvió una negrura poderosa y ligera
que me hacía flotar y a la vez me impulsaba.
No pude sospechar, segura y sin dolor,
el caos que ocurrió junto a mi cuerpo inmóvil.

No recuerdo tus gritos
ni la impotencia firme que te llevó a buscar
un aliento de ayuda en medio de la nada.
No imagino las caras de los dos caminantes,
anónimos expertos, que reunieron la fuerza
para tejer un hilo tambaleante y frágil
que me arrastró a la vida.
Sin esperar las gracias, en silencio,
siguieron su camino.

Sí recuerdo la foto, azul premonición,
que unos minutos antes te pedí que sacaras
junto al cartel absurdo en medio del sendero:
“Disfruta de este día, hoy será tu regalo”

[Pablo Ibáñez]

Ángeles,

me gusta el poema, amiga. Creo que consigues poner al lector en la escena narrada con detalles muy bien trazados. Los personajes aparecen bien definidos y resultan emocionales y creíbles. La distribución estrófica aporta orden y cohesión al conjunto, en el sentido clásico de planteamiento-nudo-desenlace. Me ha gustado mucho como rematas con la imagen de la foto.

A mí me ha gustado.
Abrazos.

[Ángeles Hernández]

Admirado Pablo, no sabes lo que me alegra saber que te ha gustado mi poema.

En realidad he querido resumir lo que me ocurrió hace unas semanas, cuando sufrí un infarto de miocardio durante una caminata por el bosque con mi hijo. He estado varias semanas hospitalizada pero ya estoy en casa recuperándome poco a poco. Lo que cuenta el poema es absolutamente cierto, en este caso, la realidad supera la ficción.

Mi hijo es un gran senderista y a mí me encanta acompañarlo a hacer rutas fáciles en las montañas de nuestra isla. Ese domingo decidimos hacer una ruta de una hora en un sitio bastante alejado de cualquier pueblo. Yo me encontraba perfectamente pero a unos 20 metros del coche empecé a sentir un dolor muy agudo en el pecho y apenas podía respirar. Mi hijo me ayudó a llegar al coche y desde allí hacia un restaurante muy frecuentado por montañeros que estaba a pocos kilómetros. Mi hijo paró y me ayudó a entrar, y en la puerta fue cuando me desplomé y entré en parada cardio respiratoria.
En el restaurante había una enfermera que intentó ayudarme pero poco podía hacer, y en ese momento aparecieron dos senderistas extranjeros que probablemente eran médicos porque entre los dos y la enfermera me hicieron la maniobra de reanimación con mucha pericia.
Casualmente, al mismo tiempo, se produjo un apagón eléctrico en toda la isla , con lo que los móviles no tenían cobertura y las líneas de emergencia estaban saturadas.
En ese momento, apareció una ambulancia de transporte no medicalizada, que “casualmente” iba a llevar a una anciana a unos de los caseríos próximos. Alguien paró a la ambulancia y ésta llevaba un desfibrilador y oxígeno, con lo que pudieron seguir ayudándome. Esta ambulancia llamó por radio al hospital y al cabo de 40 minutos llegó la ambulancia medicalizada.

Los dos senderistas que me hicieron la reanimación manual, cuando llegó la primera ambulancia, cogieron sus mochilas y siguieron su camino, sin decir nada.
Fueron muchas “casualidades” que jugaron a mi favor, a pesar de tener todo en contra.

En cuanto al cartel, es “curioso” de nuevo, que en medio de un sendero en un paraje natural, te encuentres dos sillas de terraza y un cartel con esa leyenda.

En fin , me siento muy afortunada de estar viva.

Un gran abrazo,
Ángeles

[Antonia Mauro]

Felicidades, por partida doble.

La verdad, algunas veces hay demasiadas casualidades. Te he leído y es inevitable que no se ponga la piel de gallina.

Las sillas y el cartel. Muy curioso.

Imagino una película de esas raras y un poco macabra, de Halloween por ejemplo. El que quiere foto sigue hacia adelante. Y el que no... imagínate.

Un abrazo. Y otro para tu hijo, que seguro que ese día se llevó el susto de su vida.

Yo no creo en casi nada, o mejor dicho, sí que creo, pero es posible que no coincida con todo en lo que creen los demás. Pero en lo que sí creo, es que no todo es fruto de la casualidad. Lo creo. Hay nexos entre personas que no son casualidades. Y cosas que ocurren a veces, que no son casualidades.

Una canción por ejemplo, que escuchas en los momentos más inesperados, una de tus canciones simbólicas. O de repente, ver figuras de dinosaurios donde no las había, desde ese día especial donde estaban presentes. Hay cosas extrañas que no tienen explicación, o sí, pero que no con casualidades.

[Pilar Morte]

Emotivo y hermoso poema. Me alegra que aquel día tuviera un final feliz. Un placer leerte.
Abrazos
Pilat

[Ana Muela Sopeña]

Alucinante experiencia, Ángeles:

Me alegro de que estés viva y sana y que hayas podido escribir estos increíbles versos.

Enhorabuena por partida doble
Un beso enorme
Ana

[Rosario Martín]

Un hermoso poema, compañera,
que afortunadamente puedes brindarnos
después de lo sucedido.
Enhorabuena, Ángeles,un abrazo fuerte.

[Ángeles Hernández]

Un millón de gracias a todos.

[Pablo Ibáñez]

Ángeles,

Me has dejado de piedra, amiga. Me alegro que hayas salido de tan horrible experiencia.

Un abrazo muy fuerte

[Rosa Marzal]

Me ha impresionado tu terrible experiencia, Ángeles. Celebro que la hayas superado con éxito.

Un fuerte abrazo, compañera.

[Hallie Hernández Alfaro]

¡Por Dios! Cuando leí el poema me impresionó su exquisita solidez; un poema muy lúcido.
Me disponía a comentarlo cuando vi tu respuesta a Pablo y me he levantado como un resorte del sillón; la valentía del poema es encomiable; te envio un abrazo gigante lleno de los mejores deseos de recuperación. No te preocupes por responder ahora; descansa mucho, querida compañera.

[Ángeles Hernández]

Vuelvo a enviarles a todos un GRACIAS mayúsculo. Desde luego no es "casualidad" que pueda canalizar muchas de las experiencias , por desgracia amargas, que me han sucedido en los últimos años, a través de la poesía. Me está ayudando muchísimo, y sobre todo con compañeros como ustedes. Me siento muy feliz.
Un enorme abrazo a todos

[Rafel Calle]

Me alegro mucho, amiga Ángeles, que hayas superado el trance y que lo puedas contar en un poema tan bello como emocionante.
Felicidades.
Abrazos.

[Hallie Hernández Alfaro]

Sube para deleite de todos.

Abrazo de los grandes.

[Luis M]

Ante todo me alegro mucho por el final feliz de la historia real que inspiró tu poema. Y tras lo dicho, el poema me pareció bien escrito, muy hermoso y excelentemente cerrado. Mis felicitaciones, Ángeles. Un abrazo.