Editorial Alaire

HABRÁ UN TIEMPO

Habrá un tiempo
que obligue a contener el hálito,
a caminar a tientas,
a percibir con miedo.
(Como cuando una madre se reclina
en la cuna del hijo inmóvil,
dormido,
para ver si respira).

Un periodo que advierte,
que amenaza,
que cuelga de una cuerda estrecha,
muy frágil,
encima de un talud enorme,
profundo,
y envuelto
en una luz dispersa.

No escapa nadie.
Caben todos.
Solo unos pocos viven
ajenos a ese influjo,
(los jóvenes,
los ilusos)
los que transitan
muy lejos de sí mismos
o demasiado cerca
de otra penumbra inhóspita.

Pero llega.
Siempre alcanza.
Es algo inesperado,
súbito,
muy íntimo,
un vértigo que duele,
que oprime,
y empieza al enfrentarnos
con la primera herida
del tiempo ante el espejo.
Esa angustia.
Ese miedo.
La antesala
dolosa de un enigma.

Y de pronto se avienta la sospecha,
se da el testigo
y ya no hay tiempo.
(Como cuando una madre siente,
anciana, enferma,
que el hijo entra en su cuarto,
a oscuras,
para ver si respira).


--oOo--

Excelente obra, José Manuel, en todos los aspectos que intervienen para que un poema sea bueno y atractivo (mensaje, lenguaje literario, ritmo narrativo, emoción "templada", lucidez e ingenio). Enhorabuena, amigo. Un abrazo.

Tus poemas siempre tocan la fibra sensible ya que escribes sobre algo que despertó el sentimiento y traduces en belleza.
Abrazos
Pilar

Luis, amigo, muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo
J. Manuel

Pilar Morte escribió:Tus poemas siempre tocan la fibra sensible ya que escribes sobre algo que despertó el sentimiento y traduces en belleza.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias Pilar.
Un abrazo
J. Manuel

Esta vez te has pasado, compañero. Has escrito un poema de primer nivel, niquelado, que a mí me ha emocionado hasta los huesos. Esas imágenes contrastantes entre madre e hija es una idea soberbia para trasmitir la decadencia del hombre. Con empatía te digo que has evolucionado muchísimo (con humildad y mucha imaginación e inteligencia). En verso libre de ritmo imparisílabo has alcanzado cotas sublimes; ahora, solo me encantaría leerte en un soneto.

Un abrazo grande.
Óscar

José Manuel,

estoy totalmente de acuerdo con la valoración de Óscar: un gran poema. El desarrollo es cerrado y completo, e inteligible, no es una mera sucesión de imágenes más o menos bellas, sino que contiene una idea, y la trasmite. Hay tramos que resuenan como los poemas de los grandes maestros, como cuando dices:

los que transitan
muy lejos de sí mismos
o demasiado cerca
de otra penumbra inhóspita.

Me gusta mucho, Jose Manuel.

Abrazos.

Querido José:
Mi comentario, lejos de alcanzar el de los maestros que me anteceden, pasa por el alma, por lo que lográs en "mi" alma.
Como mamá de tres hijos ya adolescentes/jóvenes, tu poema me transporta a esos miedos imprecisos, inconscientes pero tan presentes y profundos, vividos en soledad para no ser descubierta, en los bordes de sus cunas. Similares a los padecidos en los bordes de la cama de hospital, cuando mi padre, de a pedacitos, se despedía de estos espacios tangibles.
GRACIAS POR ESTA MAESTRÍA QUE TANTO ADMIRO DESDE QUE LLEGUÉ A TUS LETRAS. No es para nada común que un poeta logre tamaña conmoción en mí. FELICITACIONES AMIGO MÍO.

Maravilloso, José Manuel
Has logrado la palabra precisa, la emoción contenida, el ritmo adecuado.

Un poemazo en toda regla.

Aplausos
Un beso
Ana

Amigos Oscar, muchas gracias por tan generoso comentario.
Un fuerte abrazo.
J. Manuel

jose manuel saiz escribió:HABRÁ UN TIEMPO

Habrá un tiempo
que obligue a contener el hálito,
a caminar a tientas,
a percibir con miedo.
(Como cuando una madre se reclina
en la cuna del hijo inmóvil,
dormido,
para ver si respira).

Un periodo que advierte,
que amenaza,
que cuelga de una cuerda estrecha,
muy frágil,
encima de un talud enorme,
profundo,
y envuelto
en una luz dispersa.

No escapa nadie.
Caben todos.
Solo unos pocos viven
ajenos a ese influjo,
(los jóvenes,
los ilusos)
los que transitan
muy lejos de sí mismos
o demasiado cerca
de otra penumbra inhóspita.

Pero llega.
Siempre alcanza.
Es algo inesperado,
súbito,
muy íntimo,
un vértigo que duele,
que oprime,
y empieza al enfrentarnos
con la primera herida
del tiempo ante el espejo.
Esa angustia.
Ese miedo.
La antesala
dolosa de un enigma.

Y de pronto se avienta la sospecha,
se da el testigo
y ya no hay tiempo.
(Como cuando una madre siente,
anciana, enferma,
que el hijo entra en su cuarto,
a oscuras,
para ver si respira).


--oOo--

Qué gran poema compañero. Es un honor visitar tus letras.
Abrazos hasta allí.

Siempre cuidas mucho la construcción del poema. Éste es una buena muestra, de principio a fin lo vas perfilando sin que en ningún momento se pierda el sentido que quieres darle. Muy buen poema. Felicidades y un abrazo.

De verdad te lo digo, uno de los mejores poemas que te he leído. Tiene universalidad, reflexión, sutilidad y misterio, un misterio que todos intuimos, precisamente porque somos seres humanos.

Un 10 en la diana poética.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un fuerte abrazo.

Muy buen poema José Manuel, excelente.

De esos que traspasan y llegan de verdad. Ingenioso y creativo.

Le has dado, eso que dices, inclinarse ante la cuna, lo hacemos mucho las madres cuando tienes a tu recién nacido. Es una obsesión. Vas mil veces a su cuna los primeros meses, con pánico. Y lo tocas y te pegas a su nariz y a su boca para sentir su aliento.

Y de pronto un día, cuando ya por fin sabes que tu bebé respirará tranquilo y te sientes aliviada, te ves junto a tu madre, que está a punto de dejar de hacerlo. Justo así, como has dicho.

Este poema cala hondo.
Un abrazo.

Me uno a elogiosos comentarios de mis compañeros y te felicito por este magnífico poema.

Mis aplausos, José Manuel.

Un abrazo.