Editorial Alaire

Era un hombre labrador
que de la tierra vivía
y al oír hablar de amor,
soltaba de mal humor…
¡Mañana será otro día!
**
Era su amada un tractor
y ni de noche dormía,
mas en cuestiones de amor,
se le cambiaba el humor.
¡Mañana será otro día!
**
Doblado por el dolor
y anciano que se sentía,
nunca probó en el amor
diciendo con mal humor…
¡Mañana será otro día!
**
Y le llegó ese mañana
que en sus mientes sostenía,
se marchó en edad temprana
y fue la misma mañana
a la que tanto aludía.
**
Ya no habrá ningún mañana
ni los campos que asistía
y en la torre la campana,
toca triste y con desgana...
¡Mañana será otro día!

Muy original y poética la forma que describes la vida de un labrador...me gustó el poema Antonio. lo disfruté leyendo

saludos

rafael

Gracias Rafael, un cordial saludo.

Bello, ingenioso y muy interesante trabajo, amigo Antonio.
Felicidades.
Abrazos.

Invita a danzar el ritmo de tu poema.
Original y hermosa propuesta.
Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Gracias por tu tiempo Rafael, un abrazo.

Gracias Rafel, un abrazo.

Muy agradecido Pilar, un cordial saludo.

Fabulosas quintillas, Antonio:

Humor, ingenio y una gran enseñanza en estos versos.

Me ha encantado tu poema
Felicitaciones
Ana

Gracias Ana, un cordial saludo.

Tuvo todo lo que quería. Me gusta imaginar, el hombre se cabreaba porque los demás no entendían que la tierra le daba todo. Y el dios de ese todo era el amor. A la felicidad honda no le gusta dar explicaciones.
Ha sido un placer de lectura.
Abrazos, Antonio.

Muchísimas gracias Bruno. Un abrazo.