Editorial Alaire

Ella vivía sola en su burbuja
con la herida del alma y el caos negro.
Fibromialgia, migrañas, denso pánico.
Insomnio galopante, angustia de agua.

La madre con Alzheimer, el dolor.

Ya no quería nada, solo el fin.

Conoció la ternura y el amor,
la fusión de los cuerpos, el instinto.

Pero la parca sucia e imperante
reclamó su promesa sin moral.

Intentó suicidarse en primavera.
La hallaron inconsciente.
El lavado de estómago, los fármacos,
psiquiatría, psicólogo, esperanza...

Después en el verano fue el desastre.
Lo intentó nuevamente sin gran éxito.

Pasaron trece meses.
Llegó su tentativa preparada.

Todo muy calculado, milimétrico.

Marchó con su maleta a un hotel.
Allí tragó cincuenta blancas cápsulas
de la letal sustancia.

La Policía tuvo que buscar
y al final la encontró un día más tarde.

Imposible hacer nada todo fue
imprevisto, terrible, hielo inútil.

Ella abrazó la muerte con pasión,
como había vivido, sin excusas.
Se disolvió en el lago de la risa,
dentro de la belleza del recuerdo.

Su novio fue cayendo en precipicios
donde todas las puertas eran cárceles.

De pronto se abrió rápido
al simbolismo antiguo de la vida
y a aquel significado del misterio
oculto en los rincones de la infancia.


Ana Muela Sopeña

Uff Ana, vaya tema has abordado!

El año pasado eso mismo hizo un chico de mi barrio, tenía 42 creo y una niña de 13.
Fue tremendo.

Y encima, lo que más me dolió después, fue que al día siguiente y otros posteriores, muchas personas,
vecinos también, le criticaban y le tachaban de mal padre y de mal hijo por haber tomado esa decisión,
por haber querido irse. Y lo hacían de una forma tan fácil y cruel, como sintiéndose jueces.
Le tacharon de cobarde, y a mí que me parece todo lo contrario. Cuántas veces no podíamos soportarlo y hemos querido irnos y no despertar al día siguiente, pero....siempre aguantas un poco más, un poco más...ya queda poco para que se acabe.

Me gustó el poema e hiciste que me acordase de Roberto, un chico encantador y con una mirada y una sonrisa limpia, como pocas.
Hace unso 5 años su mujer, a la que también conocí, Mariluz, se murió a los 40 víctima de un cáncer de mama.
En ese momento su hija tenía 8 años, ahora ya tiene tiene madre, ni padre. Pero tiene uno sojos azules maravillosos y la misma sonrisa, estoy segura de que le quedó una hermosa herencia de los dos. y llegará s ser feliz a pesar de esa tristeza.
Y me he puesto sensible, perdón por la charla.

Un abrazo.

Hola, Antonia:

Estos versos han surgido por una historia real.

Es algo terrible que a veces pasa.

Gracias por tu comentario
Un beso grande
Ana

Ella abrazó la muerte con pasión,
como había vivido, sin excusas.
Se disolvió en el lago de la risa,
dentro de la belleza del recuerdo.

Me interesa desde hace años este tema del suicidio. Parece que últimamente se habla algo más de este problema hasta hoy silenciado. Un abrazo, Ana.
Salud.

Hola, Julio:

El suicidio es un tema tabú. Sin embargo hay miles de suicidios en España. Suicidios que se silencian. Actualmente se suicidan en este país unas diez personas al día.

Un abrazo
Ana

La sociedad española ya debería estar más abierta
a aceptar que existen las enfermedades mentales
y que el acto de suicidarse no es sólo de cobardes.
La cifra de suicidios por año en España es alarmante,
si se compara con otras muertes no naturales. no es un asunto
para dejar aparcado y creo que debería ser un tema a tratar
en los centros escolares, mediante charlas y con personal cualificado.
Buen poema, compañera,un abrazo.

Ana,

me gusta el poema, amiga. Me gusta la secuencia ordenada y clara de las secuencias narrativas, el ritmo versal que has conseguido. Consigues trasmitir la historia con gran eficacia.

Un abrazo.

Un poema duro y muy bien escrito.
Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Hay que tener mucha maestría y sensibilidad para hacer un buen poema de un tema tan duro.
Mi respeto y admiración hacia ti.
Lo demás se lee.
Un abrazote

Gracias, Rosario:

Tienes razón en todo lo que dices, aunque no solo se suicida la gente por enfermedades mentales, también por ruina, por desahucios, por pobreza, por dolor crónico. En este caso la protagonista tenía dolor crónico que no remitía con nada. También insomnio crónico. Su vida era una pesadilla. A veces el día a día de una persona es un infierno.

Un abrazo grande
Ana

Gracias, Pablo, por tus palabras.

Un fuerte abrazo
Ana

Hola, Ana.

Leyéndote en este poema he recordado el comentario que me dejaste en el mío, también este funcionaría muy bien como prosa.
Dos temas muy diferentes, pero que coinciden en contar una historia del pasado.
Un ritmo métrico muy bien llevado, a mí me gusta esta manera de hacer poesía.

Saludos.
Sergio.

Muchas gracias, Pilar, por acercarte y leer esta historia.

Un fuerte abrazo
Ana

Agradezco, Armilo, tu aprecio poético.

Un abrazo
Ana

Tienes razón, Valle, aunque he usado una métrica clásica el lenguaje y la forma de contar son bastante coloquiales. Se podría escribir el texto en prosa poética.

Gracias por venir y dejar tu huella


Abrazos
Ana