Sólo saliva
Publicado: Vie, 11 Oct 2019 15:26
Ecos helicoidales vienen de frente.
La fruta se abrasa con su propio aliento.
Alguien se acerca para reconocerla.
En el último momento apunta
con su viejo dedo de apuntar
y después se aleja hasta el primer momento.
La fruta está intacta. Es un insecto
recorriendo una pantorrilla.
Ahora hay que reconocerlo y clasificarlo.
Pero los motores se han apagado.
La multitud se acerca
con una pequeña cuchara para todos.
Van a tomar muestras mientras suena el último
el único aviso
para el embarque.
Alguien se rasca la pierna. Le incomoda la ropa.
La retira.
Después está la piel y es prescindible y la frota
hasta hacerla desparecer
mientras mira hacia el cielo.
No se sabe por qué,
siempre se mira al cielo cuando se está cavando.
Todos se han ido al fin. Se agolpan en la entrada.
El insecto repite el proceso de todos los ausentes
y se transforma en una fruta como una capilla
en la que alguien se arrodilla hundiendo el hueso hasta el índice.
La noche prospera, la fruta empieza a oler
y se propaga.
Tímidamente digo yo.
Nadie lo niega.
El aroma está intacto, el insecto en su nicho.
A través de mi boca cerrada
toco mi lengua con tu lengua.
Mis piernas están húmedas.
Mi pecho está húmedo.
Mi cabeza está húmeda.
Ninguno de estos miembros están enterrados
bajo ninguna membrana.
Todas las personas están empapadas.
Seguiremos lamiéndonos así
frente a las hélices
durante algún tiempo.
La noche prospera.
La fruta es una vela hinchada.
El pretexto de un significado adyacente
que se aleja saltando de proximidad en proximidad.
La fruta se abrasa con su propio aliento.
Alguien se acerca para reconocerla.
En el último momento apunta
con su viejo dedo de apuntar
y después se aleja hasta el primer momento.
La fruta está intacta. Es un insecto
recorriendo una pantorrilla.
Ahora hay que reconocerlo y clasificarlo.
Pero los motores se han apagado.
La multitud se acerca
con una pequeña cuchara para todos.
Van a tomar muestras mientras suena el último
el único aviso
para el embarque.
Alguien se rasca la pierna. Le incomoda la ropa.
La retira.
Después está la piel y es prescindible y la frota
hasta hacerla desparecer
mientras mira hacia el cielo.
No se sabe por qué,
siempre se mira al cielo cuando se está cavando.
Todos se han ido al fin. Se agolpan en la entrada.
El insecto repite el proceso de todos los ausentes
y se transforma en una fruta como una capilla
en la que alguien se arrodilla hundiendo el hueso hasta el índice.
La noche prospera, la fruta empieza a oler
y se propaga.
Tímidamente digo yo.
Nadie lo niega.
El aroma está intacto, el insecto en su nicho.
A través de mi boca cerrada
toco mi lengua con tu lengua.
Mis piernas están húmedas.
Mi pecho está húmedo.
Mi cabeza está húmeda.
Ninguno de estos miembros están enterrados
bajo ninguna membrana.
Todas las personas están empapadas.
Seguiremos lamiéndonos así
frente a las hélices
durante algún tiempo.
La noche prospera.
La fruta es una vela hinchada.
El pretexto de un significado adyacente
que se aleja saltando de proximidad en proximidad.