El viejo Sigmund
Publicado: Jue, 10 Oct 2019 15:35
`
Y media vida preguntándote un sentido,
qué ecuación, qué algoritmo te podría salvar
de la debacle, del oscuro túnel sin salida,
y de esa indeterminada noche que acecha
e incita a la sobredosis de lunas intramusculares
o al ocasional asesinato en serie de las brujas,
los hombrecitos mágicos y los grillos del jardín...
Media vida removiendo el puzzle latente,
travieso de la existencia. ¿Dónde la certeza,
la felicidad...? ¿Quizás entre muelles de prozac,
o en barras de esponja como playas salvajes,
eternamente vírgenes y esclarecedoras
hasta el amanecer? ¿Acaso butrones
contra las blindadas cerraduras del alma,
citas trending topic sobre una pantalla,
banderas mamíferas o consejos paternales
entre indeformables perchas y naftalina...?
¿O simplemente lecturas en infusión
para levitar sobre desiertos urbanos adictos
al escalofrío? ¿Sprays anti-sueños?,
¿mansedumbres orgullosas a media jornada?,
¿amaneceres místicos en la falda del Everest
u ocasos chill out&MDA algún agosto surrealista
en el Café del Mar de Ibiza? ¿... O quizás,
las infalibles velas de tu abuelita al Santo?
¿Pudiera ser tu primer bien inmueble
o tu último verso?, ¿puede que ese bebé,
apretando mágicamente con su débil manita
tu dedo índice? ¿Será el señor de barbas
blancas y discurso sin traducir, el rayado
"Blowing in the Wind" o el silencio el PIN?
¿Tal vez tus 8 euros mensuales contra el vacío
que engorda antiestéticamente las barriguitas
a granel del tercer mundo? ¿o en su defecto,
el húmedo lamido de un cachorro de beagle
en tu cara?. Incluso el trueno nocturno
y amigo que te devuelve la respiración
ante la campeona mundial de las pesadillas.
¿A lo mejor, a lo mejor será su cálido aliento,
su hambrienta lengua, llamando distraídamente
a los arcenes de tu braguita?, ¿... o su culo,
firme y duro, frotando a traición, suave
y rítmicamente, tu sorprendido y colgante
alien radioactivo tras tus cómplices jeans
(esto último, a ser posible, disfrazado de amor
al galope de corceles blancos y envuelto
en aroma a pino y mousse de sirena
con perdices "made in el País de las Hadas")?
Hoy el atardecer se despide con una sinfonía
a brochazos, a modo de inconexas respuestas,
en mil tonos rojos. Mientras, el viejo Sigmund
se parte de risa tumbado sobre su mullido sillón
-entre nubes de nieve tropical-, crecido,
desde su iridiscente buhardilla en el más allá.
______________
Y media vida preguntándote un sentido,
qué ecuación, qué algoritmo te podría salvar
de la debacle, del oscuro túnel sin salida,
y de esa indeterminada noche que acecha
e incita a la sobredosis de lunas intramusculares
o al ocasional asesinato en serie de las brujas,
los hombrecitos mágicos y los grillos del jardín...
Media vida removiendo el puzzle latente,
travieso de la existencia. ¿Dónde la certeza,
la felicidad...? ¿Quizás entre muelles de prozac,
o en barras de esponja como playas salvajes,
eternamente vírgenes y esclarecedoras
hasta el amanecer? ¿Acaso butrones
contra las blindadas cerraduras del alma,
citas trending topic sobre una pantalla,
banderas mamíferas o consejos paternales
entre indeformables perchas y naftalina...?
¿O simplemente lecturas en infusión
para levitar sobre desiertos urbanos adictos
al escalofrío? ¿Sprays anti-sueños?,
¿mansedumbres orgullosas a media jornada?,
¿amaneceres místicos en la falda del Everest
u ocasos chill out&MDA algún agosto surrealista
en el Café del Mar de Ibiza? ¿... O quizás,
las infalibles velas de tu abuelita al Santo?
¿Pudiera ser tu primer bien inmueble
o tu último verso?, ¿puede que ese bebé,
apretando mágicamente con su débil manita
tu dedo índice? ¿Será el señor de barbas
blancas y discurso sin traducir, el rayado
"Blowing in the Wind" o el silencio el PIN?
¿Tal vez tus 8 euros mensuales contra el vacío
que engorda antiestéticamente las barriguitas
a granel del tercer mundo? ¿o en su defecto,
el húmedo lamido de un cachorro de beagle
en tu cara?. Incluso el trueno nocturno
y amigo que te devuelve la respiración
ante la campeona mundial de las pesadillas.
¿A lo mejor, a lo mejor será su cálido aliento,
su hambrienta lengua, llamando distraídamente
a los arcenes de tu braguita?, ¿... o su culo,
firme y duro, frotando a traición, suave
y rítmicamente, tu sorprendido y colgante
alien radioactivo tras tus cómplices jeans
(esto último, a ser posible, disfrazado de amor
al galope de corceles blancos y envuelto
en aroma a pino y mousse de sirena
con perdices "made in el País de las Hadas")?
Hoy el atardecer se despide con una sinfonía
a brochazos, a modo de inconexas respuestas,
en mil tonos rojos. Mientras, el viejo Sigmund
se parte de risa tumbado sobre su mullido sillón
-entre nubes de nieve tropical-, crecido,
desde su iridiscente buhardilla en el más allá.
______________