Editorial Alaire

En la sombra,
la ninfa recorre el laberinto
cubierto de hojarasca.

Detrás del paso setenta y cuatroavo,
breve, escueto, en un paréntesis rosado,
exhala su último aliento la araña
atravesada por la rama aguda
del arbusto oscuro del capricho.

La crueldad no tiene nombre;
El verdugo tampoco;
Pero sí el llanto del fauno
desfallecido bajo el árbol
azul violáceo de los sueños,
sin nubes claras o senderos.

Cautivadores versos bañados de sensible misterio querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Excelente poema del que quiero destacar los dos últimos versos, son de una calidad poética sin parangón.
Felicitaciones.

Lunamar Solano escribió:Cautivadores versos bañados de sensible misterio querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Lunamar, muchas gracias.

Me ha gustado ese ambiénte de mitología natural, verde, misteriosa y parece que herida en el tedio.

Todo un placer de lectura, amigo Juan.

Un abrazo.

Antonio Arjona escribió:Excelente poema del que quiero destacar los dos últimos versos, son de una calidad poética sin parangón.
Felicitaciones.

Gracias, Antonio. Me alegra mucho tu comentario.

Hay magia y misterio en tu hermoso poema. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

juan delgado escribió:En la sombra,
la ninfa recorre el laberinto
cubierto de hojarasca.

Detrás del paso setenta y cuatroavo,
breve, escueto, en un paréntesis rosado,
exhala su último aliento la araña
atravesada por la rama aguda
del arbusto oscuro del capricho.

La crueldad no tiene nombre;
El verdugo tampoco;
Pero sí el llanto del fauno
desfallecido bajo el árbol
azul violáceo de los sueños,
sin nubes claras o senderos.

Simplemente hermoso, una delicia recorrer este laberinto de tu mano-
Un abrazo

J. J. Martínez Ferreiro escribió:Me ha gustado ese ambiénte de mitología natural, verde, misteriosa y parece que herida en el tedio.

Todo un placer de lectura, amigo Juan.

Un abrazo.

Gracias, José Manuel. El placer es mío. Me alegro que te gustara. Un abrazo.

Hola, Juan. He leído varias veces tu poema en estos días, y me ha gustado mucho la pincelada mitol´ogica que contiene, muy evocadora para mí.

Un detalle lingüístico: veo que empleas el numeral fraccionario (setenta y cuatroavo) como numeral ordinal. Eso está expresamente prohibido en nuestro idioma por la RAE: lo tienes aquí en el nº7 http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=nypwukqZ6D64M23Yos . La forma correcta sería "septuagésimo cuarto". No sé si has preferido la forma fraccionaria por alguna razón que a mí se me escapa. Ya nos cuentas.

Saludos.

Pablo, me alegro que fuera de tu agrado el poema. En cuanto a utilizar setenta y cuatroavo surgió así. Pero no lo cambiaría por marcar una parte de un recorrido total del laberinto, por tanto va mejor la forma fraccionaria. Muy agradecido por la sugerencia.

Pablo Rodríguez Cantos escribió:Hola, Juan. He leído varias veces tu poema en estos días, y me ha gustado mucho la pincelada mitol´ogica que contiene, muy evocadora para mí.

Un detalle lingüístico: veo que empleas el numeral fraccionario (setenta y cuatroavo) como numeral ordinal. Eso está expresamente prohibido en nuestro idioma por la RAE: lo tienes aquí en el nº7 http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=nypwukqZ6D64M23Yos . La forma correcta sería "septuagésimo cuarto". No sé si has preferido la forma fraccionaria por alguna razón que a mí se me escapa. Ya nos cuentas.

Saludos.

Bello y evocador trabajo, amigo Juan.
Abrazos.