Gracias, amiga Ana, por tu amable comentario.Ana Muela Sopeña escribió:Un poema muy bueno en fondo y forma John.
Dices grandes verdades un poco encriptadas e instas a la reflexión.
Un beso
y felicidades
Ana
Saludos afectuosos.
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
Gracias, amiga Ana, por tu amable comentario.Ana Muela Sopeña escribió:Un poema muy bueno en fondo y forma John.
Dices grandes verdades un poco encriptadas e instas a la reflexión.
Un beso
y felicidades
Ana
Gracias, amigo poeta, por la gran calidad de tu análisis elogiando este poema por el que nodaba un duro.Ignacio Mincholed escribió:Bien podría ser el recitado del monólogo de una obra de teatro en verso, en la mejor tradición española o inglesa, con una renovación muy acertada de contenido y estilo.
Esa sensación del interior cuando solo las rendijas advierten del mundo exterior y todo se condensa.
… nada sé de amaneceres. Una expresividad contundente. Felicidades John.
Un abrazo.
Ignacio
Gracias, amigo poeta, por tu elogioso comentario de un poema que estuve a punto de enviar a la papelera.Luis M. escribió:Hermoso e interesante poema en el que destaco los versos finales de la parte IV, y los geniales versos finales de la VI. Mis felicitaciones nuevamente, poeta. Un abrazo.
Un poema que se rompe y se mira en los anicos...."He interrogado por la risaJohn Garlic escribió:I
He interrogado por la risa
a las flores tatuadas
en mis pies de falso mármol,
al escombro que se esconde en mis axilas
y al espejo clavado en mi piel cuarteada.
Tanto se han ensañado conmigo
que el lavabo está invadido
por el eco de sus muecas rotas;
pero mi corazón de frágil argamasa,
aunque se duele de la impostura,
de golpe ha comprendido
que las preguntas, jamás
a quien lleva la espalda cargada de puñales.
II
Es hora de cerrar
y el aire aún conserva,
cuando la noche termina su trabajo,
monólogos de humo que giran
sobre desprovistas manzanas
escupiendo gusanos.
Existen aires densos
como selvas misteriosas,
jamás visitados por la compasión
o por la luz del día,
dando cobijo a insectos
que bailan claqué y a caníbales
con ojeras hasta el suelo.
Y yo, ahíto de ausencia hasta el fondo,
siempre acojo entre mis muros de aire caducado
a la luz oscura y al destierro,
a los orines y a las derrotas y, culpable
por ser un planeta cansado en donde nada cae
sino la noche, también a la maldita poesía.
III
He aprendido de la materia del tiempo,
de su perfidia implacable,
de su avidez por devorar páginas vividas,
encrucijadas, propósitos,
en cada brizna mala
que se adhiere a un rostro
y le abre un nuevo surco
en la mirada de cristales rotos.
Y aunque piedra soy,
he sentido el dolor en mi boca encarcelada
y he llorado lluvia negra
a través de un poeta desvalijado.
Cuando todo acaba
-no tengo claro qué es todo-,
inhalo el polvo gris del desahucio y oigo
tras la persiana bajada
el grito de la lluvia o la risa de un perro
que, como una tierra herida por un invierno eterno,
no es sino la muerte y nada más que el llanto.
IV
Me he quedado mudo
y los objetos escriben sobre mi piel
sus diálogos de sombras
(quien es su propia cárcel
no puede gritar y las bestias
horadan sus esquinas).
Insomne y sin existencia,
soy solo tránsito hacia la noche
(durante el día hay lugares
que vomitan niebla y despojo).
A veces, por las rendijas
se escapan destartaladas voces
que mascullan epitafios.
Nadie ha mencionado el mar
tras la persiana bajada
y yo, insomne y sin existencia,
nada sé de amaneceres.
V
No llames a nadie
por su nombre
tras la persiana bajada,
pues nadie será cómplice
de tu afecto.
¡Huye! Tu limosna, Lázaro,
es una afrenta. No pretendas
dar lecciones después
de tu hálito milagroso;
porque no cabe el amor
tras las persiana bajada,
antesala del infierno.
VI
¡Oh, Dante infecto!
¿Por qué dejaste
tus fatuos versos
en mi estancia?
Pútrida se halla,
reducida a paraíso de ladillas.
Ahora que sin luz
todo se confunde, camina
por mi piel toda la verdad,
inaceptable para un final feliz:
Un carcinoma mató
a Mickey Mouse, que dueño
se hizo del noveno círculo.
J. J. Martínez Ferreiro escribió:” VI
¡Oh, Dante infecto!
¿Por qué dejaste
tus fatuos versos
en mi estancia?
Pútrida se halla,
reducida a paraíso de ladillas.
Ahora que sin luz
todo se confunde, camina
por mi piel toda la verdad,
inaceptable para un final feliz:
Un carcinoma mató
a Mickey Mouse, que dueño
se hizo del noveno círculo”
Un excelente poema, John, con una estrofa de cierre realmente impagable.
Todo un placer de lectura, querido amigo.
Abrazos y saludos