Somos
Publicado: Lun, 23 Sep 2019 10:29
A veces olvidamos que la vida tan solo
es un impuesto que pagamos a la muerte,
que somos materia destructible,
un átomo de airé que se disuelve en un suspiro
y que no poseemos más fortuna que el tiempo que nos queda.
Pero a veces, cuando nos roban los sueños de ser libres,
de su cárcel hacemos una trinchera porque somos como
el grito de la lluvia que golpea con coraje la roca y no se rinde,
sabemos que la derrota siempre está en quien no lucha.
Vencidos, pero nunca humillados, nos sentimos,
y con el aliento a flor de piel aún esperando
esa última victoria que nos debe el próximo crepúsculo.
Cuántas veces acuden a nuestra voz palabras antiguas
que saben a patria cainita, o a jirón de exilio y muerte
que al futuro desgarra y nos muestra su dolor en carne viva.
Estamos condenados a ser parias de un tiempo de quimeras,
con la rabia insertada en la médula que escupimos
contra quienes pretenden hacer de nuestro silencio su poder.
Te confieso que ahora me siento igual que si regresara
del fondo de los años, con un íntimo dolor diseminado,
a través de mi especie acorralada que en las raíces
de la Historia se hunde y a la tierra que los sepulta renuncia.
Por eso con urgencia quiero nacer contigo, crecer y compartir
el lenguaje del verso en rebeldía, así podremos ser memoria
de este tiempo que con arrogante infamia lo han envilecido
todos los mercachifles que con nuestros sueños trafican .
es un impuesto que pagamos a la muerte,
que somos materia destructible,
un átomo de airé que se disuelve en un suspiro
y que no poseemos más fortuna que el tiempo que nos queda.
Pero a veces, cuando nos roban los sueños de ser libres,
de su cárcel hacemos una trinchera porque somos como
el grito de la lluvia que golpea con coraje la roca y no se rinde,
sabemos que la derrota siempre está en quien no lucha.
Vencidos, pero nunca humillados, nos sentimos,
y con el aliento a flor de piel aún esperando
esa última victoria que nos debe el próximo crepúsculo.
Cuántas veces acuden a nuestra voz palabras antiguas
que saben a patria cainita, o a jirón de exilio y muerte
que al futuro desgarra y nos muestra su dolor en carne viva.
Estamos condenados a ser parias de un tiempo de quimeras,
con la rabia insertada en la médula que escupimos
contra quienes pretenden hacer de nuestro silencio su poder.
Te confieso que ahora me siento igual que si regresara
del fondo de los años, con un íntimo dolor diseminado,
a través de mi especie acorralada que en las raíces
de la Historia se hunde y a la tierra que los sepulta renuncia.
Por eso con urgencia quiero nacer contigo, crecer y compartir
el lenguaje del verso en rebeldía, así podremos ser memoria
de este tiempo que con arrogante infamia lo han envilecido
todos los mercachifles que con nuestros sueños trafican .