Editorial Alaire

Regresa el poema con título nuevo y algunos cambios.

Te dije que los pájaros ya no cantaban,
que, al cortar los árboles, alejaron su casa,
sintieron frío
y el miedo enmudeció los gorjeos.

Te advertí que no podía andar,
que el impulso quedó retenido en las ausencias
y que había olvidado abrir los ojos.

Te dije que el alma también dolía,
que el café no despertaba el sueño,
y era frágil
la cobertura del dolor.

No creíste como miraba el mar,
acostumbrado a la libertad de las olas.
Sabías que jamás pescaría delfines,
pero no viste como las gaviotas caían a mis pies.

Te dije que guardases los poemas
cuando la lluvia se comía las palabras,
pero no aceptabas como lloraba la huida.

Abrí las ventanas que daban al sol,
y el fulgor vomitaba frío en las paredes.
No temas,
la vida sigue llamando a la puerta,
ofrece sus ojos,
calma y orienta lo que queda.
Me dice:
Si hay versos para bien morir, también los hay para vivir.

Cuánta sensibilidad Pilar!

es que casi siempre consigues arañarme la piel.
Me encanta la primera estrofa, es muy emocionante.

Te dije te dije, y no lo creí, algo así, dice una cancion,
pero no lo he dicho bien. Sería me dijiste en todo caso.

Me gusta este poema, todo lo que en él transmites.
un abrazo.

Antonia Mauro escribió:Cuánta sensibilidad Pilar!

es que casi siempre consigues arañarme la piel.
Me encanta la primera estrofa, es muy emocionante.

Te dije te dije, y no lo creí, algo así, dice una cancion,
pero no leo he dicho bien. Sería me dijiste en todo caso.

Me gusta este poema, todo lo que en él transmites.
un abrazo.

Gracias, querida amiga por tus gratas palabras. Me alegró verte por aquí.
Abrazos
Pilar

Lo llevo de nuevo
Abrazos

La palabra tiene ese poder, tan pronto nos da la vida como se convierte en una piedra o un ladrillo en la cabeza. Tiene un mensaje de esperanza tu poema, Pilar.
La vida se abre paso aunque no queramos.
Un poema muy elegante.
Te felicito, Pilar.
Un abrazo.

Buen poema, Pilar. Me gusta ese final abierto a la esperanza. Un abrazo.

Hermoso trabajo, amiga Pilar.
Abrazos.

Muy hermoso el cierre, esperanzador y bello en la forma que pone la guinda a un sustancial poema, por el contenido
Un gran abrazo Pilar

Sé que cuesta seguir los consejos que nos dan, pero hay veces en que seguirlos es de sabios y, por supuesto que hay versos para la vida y la muerte.
Enhorabuena.

Ana García escribió:La palabra tiene ese poder, tan pronto nos da la vida como se convierte en una piedra o un ladrillo en la cabeza. Tiene un mensaje de esperanza tu poema, Pilar.
La vida se abre paso aunque no queramos.
Un poema muy elegante.
Te felicito, Pilar.
Un abrazo.

Gracias, querida amiga, por dejar tus gratas palabras.
Abrazos
Pilar

Sensibilidad y belleza que cautivan y emocionan querida amiga...
Un gusto siempre...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Ramón Carballal escribió:Buen poema, Pilar. Me gusta ese final abierto a la esperanza. Un abrazo.

Gracias , amigo, por acompañar estos versos.
Abrazos
Pilar

"Si hay versos para bien morir, también los hay para vivir."
Muy bueno todo el poema, compañera,
pero ese último verso me anima a levantarme de la silla,
ponerme las zapatillas y salir a la calle
para recibir el otoño. Un beso.

Querida amiga, maravilloso título para un poema que ahonda en las verdades duraderas y que crean nuestra identidad. Hay un bello contrastes entre los versos, me ha encantado. Muchos abrazos, Pilar.

Pilar Morte escribió:Regresa el poema con título nuevo y algunos cambios.

Te dije que los pájaros ya no cantaban,
que, al cortar los árboles, alejaron su casa,
sintieron frío
y el miedo enmudeció los gorjeos.

Te advertí que no podía andar,
que el impulso quedó retenido en las ausencias
y que había olvidado abrir los ojos.

Te dije que el alma también dolía,
que el café no despertaba el sueño,
y era frágil
la cobertura del dolor.

No creíste como miraba el mar,
acostumbrado a la libertad de las olas.
Sabías que jamás pescaría delfines,
pero no viste como las gaviotas caían a mis pies.

Te dije que guardases los poemas
cuando la lluvia se comía las palabras,
pero no aceptabas como lloraba la huida.

Abrí las ventanas que daban al sol,
y el fulgor vomitaba frío en las paredes.
No temas,
la vida sigue llamando a la puerta,
ofrece sus ojos,
calma y orienta lo que queda.
Me dice:
Si hay versos para bien morir, también los hay para vivir.

Gracias por tus versos,amiga. Tienen un muy especial olor (recendo) a mar y suenan a canto de sirena.
Un abrazo