Editorial Alaire

Recorren mis pupilas
los ámbitos profundos
entre lentos abrazos,
[tab=140] alas,
audaces ondas de alargadas manos frágiles.
De súbito, me yergue,
me arrastra el vuelo
hasta la blanca cúspide del vértigo, y tendido,
en abandono
por sus anchas banderas, bebo el transparente
secreto de la altura.

A los pies del vacío una gaviota
yace en asombro muda,
áptera, ciega, encadenada.
[tab=174]Y yo,
con la voz sofocada de los náufragos,
en silencio, sin pausa, voy muriendo.

Es un poema casi metafísico, porque todo está dirigido a la altura. Bien elegidos sustantivos y adjetivos, todos dan una idea de elevación y de, quizás. otra realidad, otro mundo mucho más puro, peut etre que por estar más arriba. Felicidades.

Un poema de altos vuelos amigo , fue un placer su lectura.

Hermosos versos para un poema de altos vuelos. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Felipe,

me gusta muchísimo, ya lo sabes. Me recuerda a Gamoneda, incluso en el formato. Esa ambición de exactitud lírica, aparentemente fría, rocosa, trascendente.

A mí me gusta mucho.
Abrazos.

Todos los vuelos que se manifiestan en tu poema, son de altura tanto espiritual como material. Me llega, es cosa puramente mía, que algunos versos tiene que ver con la sensación de aislamiento. A mi, querido compañero, me ha parecido un gran poema. Mis sinceras felicitaciones.

Desde mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Febles