Modern times

[F. Enrique]

No quise parecer a un muchacho joven que sigue el discurso de una balada heavy, con esa grandilocuencia que , en un primer momento, nos detiene y nos hace pensar durante cinco minutos que estamos iluminados. Simplemente quise ser un hombre que vive en la frontera de algunos problemas que, desgraciadamente, est´án en la primera línea de la actualidad. ¿Cuántos muertos cuestan que sigamos viviendo como vivimos?

Un abrazo, Pilar, muchas gracias.

[F. Enrique]

Muchas gracias, Gustavo, por esas palabras tan atentas que me escribes. Has encajado muy bien aquí, con tu buen hacer y tu humildad.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Ya sé que cuesta creerlo, Nancy, pero este tipo de poemas me resulta aún más difícil de afrontar que un poema de amor, tan proclive como es este a enfangarse en la cursilería, y no tengo lo que acabo de decir como un motivo irrefutable de mi debilidad, pienso en lo fácil que es convertir una reivindicación legítima en un panfleto, la mentira, como dijo Orwell, a fuerza de repetirla, en una verdad, la escasa capacidad que tiene el hombre para ser objetivo, Yo solo escribo un poema político- social de vez en cuando, y se resuelve en su perfil más que nada por la necesidad puntual de ahogar un grito, de recordar a algunos poetas que llenaron de adolescencia temprana mi perdida juventud.

Muchas gracias. Un abrazo.

[Rafel Calle]

Aprovecho este poema que me parece uno de tus grandes logros, para desearte una feliz Navidad y mucha salud, amigo Enrique.
Abrazos.

[F. Enrique]

Magnífico poema que te lleva a releer y disfrutar poesía. Me gustó mucho.
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, siempre eres amable y dulce, esta vez te he notado, además, entusiasta.

Un abrazo.

[enrique sanmol]

Aquella fotografía del niño ahogado en una playa cuando su familia iba en busca de un futuro pareció revolver algunas sensibilidades y conciencias... pero fue un espejismo, en esta sociedad, en estos tiempos modernos, todo es efímero. Hasta el viejo Lou y la dulce Jane, lo son, a pesar de que esas canciones pervivan en nosotros durante un tiempo.

Me gustó el poema. Gracias por publicarlo. Un fuerte abrazo.

[F. Enrique]

Enrique intenso e interesante me llega el mensaje de este gran poema que has escrito. Lo disfruté leyendo

saludos

rafael

Muchas gracias, Rafael. Ya sé que eres una persona sensible, que te sueles rebelar contra todo tipo de injusticias.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Aprovecho este poema que me parece uno de tus grandes logros.

Gracias, Rafel, es un poema raro, una irreverente bofetada al estilo.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Aquella fotografía del niño ahogado en una playa cuando su familia iba en busca de un futuro pareció revolver algunas sensibilidades y conciencias... pero fue un espejismo, en esta sociedad, en estos tiempos modernos, todo es efímero. Hasta el viejo Lou y la dulce Jane, lo son, a pesar de que esas canciones pervivan en nosotros durante un tiempo.

Gracias, Enrique, opino como tú, hemos sustituido el temor a Dios, por el atractivo irresistible y estúpido de los fetiches.

Un abrazo.

[F. Enrique]

Te agradezco mucho lo que me dices, Rafel, no siempre acierto a la hora de elegir un comentario, un sueño, una fotografía, ni siquiera creo, esas veces que pienso que la inspiración me ha olvidado, que haya elegido con tacto la canción, porque quizás sea burlado por el más ingenuo llanto de guitarra. Pero ya sabes, cuando has escrito más de cien poemas suele ocurrir que algunos se te escapen y pululen por tu cuaderno como la provocación tardía de un sello independiente. Puede llegar un día en que no te veas en ellos y encuentres otras voces que te reivindiquen en la lucha contra el olvido. Entonces sonreirás y aunque no lo comprendas admites que el arte es así de caprichoso; puede llegar más a la gente algo que surge en un par de minutos y tiene fallos evidentes que eso otro a lo que te enfrentas cada día, corriges, le buscas formas y nunca sabes cómo terminar, y esos poemas por los que tanto has luchado puede ocurrir que acaben un día tirados en la playa perdida de la infancia entre tus tebeos y tus revistas, y la cometa de una niña que no encontró su huella en el aire.

Muchas gracias, Rafel. Un abrazo.

[Alejandro Costa]

¡Magnífico!

Con la estructura de locura del poeta, convertida en pura belleza.

Eres único.

Muy bueno.

Un abrazo.

Salud, paz y felicidad.

[F. Enrique]

Llegué a dudar de este poema, Alejandro, cuido mucho en excederme con mi queja, no caer en un panfleto descerebrado. Pero creo que me duelen estos tiempos que imitan la brutalidad del mundo antiguo y olvida el respeto por lo sagrado de este.

Gracias. Un abrazo.

[E. R. Aristy]

Y de repente parecía que aquel mundo podía acercarse a nuestras manos, que había un lugar para nuestro sueño en el marasmo de las multitudes, que florecía la tarde cada vez que sonreías. ¿Por qué lo hacías tan poco cuando yo te miraba? ¿Por qué llegó la noche sin percibirlo apenas? ¿Te dije alguna vez que si hubiéramos podido ir a Nueva York la Estatua de la Libertad se habría arrodillado ante ti?
(Conversaciones con Laura)

Somos cartas sin norte esparcidas en el viento,
islas sin recuerdos en un archipiélago aislado,
una rosa sin pétalos en el jarrón del olvido,
un grito en las tinieblas,
somos la mirada abstracta
de un sueño figurativo que no ha nacido,
el despertar de un monstruo inocente que muere
entre las pesadillas del hombre de la calle.

Ya conozco los latidos de estos tiempos modernos,
ya he bebido la sed de un amor
que no brilla ni se apaga,
se derrumbaron los muros, me dijiste,
pero sigue la barrera entre tú y yo
cuando hablamos del silencio,
de las incomunicaciones telemáticas,
de tu tarjeta sin firma que se pierde
en la nube querida de la infancia.

Somos la arena violenta que golpea
en el rostro de un niño dormido para siempre
en el cementerio de la playa,
aquellos que no escuchan a los muertos
que vagan por los periódicos,
llegamos siempre tarde al último combate
sosteniendo en los ojos que se cierran
una sonrisa amplia que bendice
los fusiles de la gloria, la libertad encadenada,
el hacha sin mango que agita el guante del verdugo.

Ámate a ti misma, Laura; tengo la seguridad de que encontrarás a mucha gente que te quiera, pero cabe la posibilidad de que no encuentres a nadie que te ame. Todos queremos compartir la gloria de Occidente, pero solo unos pocos amamos su vulnerabilidad. Si encuentras a alguien bueno que te ame, aunque solo sea un poco, gozarás en cinco minutos lo que los perversos no disfrutan en toda una eternidad, por mucho polvo que dejen en la vereda, o sea, camino sin camino.
(13 de mayo de 2019)

Me gusta este poema que eleva la gran fuerza de la vulnerabilidad. Su formato no podría ser otro. Manejas esta potencia del sueño y la frustración con gran arte.

[F. Enrique]

Gracias, Era, me siento como un niño que duerme con la luz encendida porque tiene miedo, como un cura que ha dejado de creer en Dios, pero sigue siguiendo a Cristo. Gracias

[F. Enrique]

Gracias, Era, me siento como un niño que duerme con la luz encendida porque tiene miedo, como un cura que ha dejado de creer en Dios, pero sigue siguiendo a Cristo. Y, he aquí que me corroe mirar a Cristo a los ojos, no he sabido perdonar a la verdad profunda de mi vida.

Soy la lanza que se apiada de su sufrimiento. Laura es como Cristo cuando anduvo sobre la mar. Yo soy como Pedro, negué tres veces. Pero ¡Ay, la cruz!

Soy ese toro al que se le mete en la caja de madera que le lleva a la Memoria infinita de la Nada o quizás encuentre otra vida en forma y fondo humanos,. Gracias, aunque sea cristiano, no soy católico ni protestante.

Gracias. Las tres veces que te negué se han convertido en un mal sueño; la pesadilla de Pilato.