Latidos de poema
Publicado: Mié, 11 Sep 2019 19:01
Presiento un eco ignoto,
como un rumor de abejas en colmenas vacías.
Otoño en el recuerdo,
robledal, hoy sin savia;
encinar donde colgué poemas infantiles.
Me persigue la noche con las sombras del día,
el diapasón de un reloj hacia el futuro.
No preguntáis por la luz,
sabéis que las candelas se apagan
en su ceniza.
Intento asir fulgores que no conocen la muerte,
nutrir la oscuridad con auras azules.
Sé la sonrisa que me devolvió el centro.
No importa mi penumbra.
Abro mis manos por si queda algún secreto,
el poema último que grabé en las yemas de los dedos
y que en los alvéolos
crepita lentamente.
Os doy, me doy en la penitencia
que no quiere mentir ni esconder
el jardín de mirlos sin alas.
El sonido…
el tacto que recuerda y subsistió
a cajas de colores neutros.
¡Si la belleza del poema rimase con la verdad
e irradiase latidos
a punto de vivir o morir…!
A veces hallamos la puerta
y decimos adiós a la sombra.
Por ella no cabe la obesidad del dolor.
Hoy adelgaza la tristeza.
como un rumor de abejas en colmenas vacías.
Otoño en el recuerdo,
robledal, hoy sin savia;
encinar donde colgué poemas infantiles.
Me persigue la noche con las sombras del día,
el diapasón de un reloj hacia el futuro.
No preguntáis por la luz,
sabéis que las candelas se apagan
en su ceniza.
Intento asir fulgores que no conocen la muerte,
nutrir la oscuridad con auras azules.
Sé la sonrisa que me devolvió el centro.
No importa mi penumbra.
Abro mis manos por si queda algún secreto,
el poema último que grabé en las yemas de los dedos
y que en los alvéolos
crepita lentamente.
Os doy, me doy en la penitencia
que no quiere mentir ni esconder
el jardín de mirlos sin alas.
El sonido…
el tacto que recuerda y subsistió
a cajas de colores neutros.
¡Si la belleza del poema rimase con la verdad
e irradiase latidos
a punto de vivir o morir…!
A veces hallamos la puerta
y decimos adiós a la sombra.
Por ella no cabe la obesidad del dolor.
Hoy adelgaza la tristeza.