La mujer soñada por el poeta y no encontrada
Publicado: Mar, 10 Sep 2019 20:51
Me introduje en las nieblas de tus misterios,
atravesé el grosor de lo insondable,
me perdí mil veces en la oscuridad de tu verbo,
sangraron de las espinas mis manos apretadas
y descubrí el otro lado de tu universo buscándote.
Y no estabas, no te encontré.
Desordené las despensas de mi corazón,
reté la oscuridad a un duelo a muerte,
me salpicó la endrina y huyeron las luciérnagas
e invoqué al sol, pero vino con gafas oscuras, opacas…
Y sangró mi garganta desgarrada al gritar tu nombre.
Y no estabas, no te encontré.
Hoy me falta valor y ganas para intentarlo de nuevo,
se fundieron las lámparas de mis acuosas linternas
y hace tiempo ya que mi corazón se jubiló de proezas.
Solo me queda mi apagada voz para nombrarte,
me pudo la niebla de tus caprichos de mujer
y no te he encontrado, nunca estuviste.
Estoy solo, me encuentro solo en el mundo de los solos
y sin embargo me hieren millones de miradas
y me lastiman millones de voces que no entiendo.
La soledad se expande y amenaza mi equilibrio,
ya apenas sostengo el amor que se me escapa sangrando.
Y no te he encontrado. Ven, que se me acaba el cariño,
no me dejes morir desangrado de amor.
atravesé el grosor de lo insondable,
me perdí mil veces en la oscuridad de tu verbo,
sangraron de las espinas mis manos apretadas
y descubrí el otro lado de tu universo buscándote.
Y no estabas, no te encontré.
Desordené las despensas de mi corazón,
reté la oscuridad a un duelo a muerte,
me salpicó la endrina y huyeron las luciérnagas
e invoqué al sol, pero vino con gafas oscuras, opacas…
Y sangró mi garganta desgarrada al gritar tu nombre.
Y no estabas, no te encontré.
Hoy me falta valor y ganas para intentarlo de nuevo,
se fundieron las lámparas de mis acuosas linternas
y hace tiempo ya que mi corazón se jubiló de proezas.
Solo me queda mi apagada voz para nombrarte,
me pudo la niebla de tus caprichos de mujer
y no te he encontrado, nunca estuviste.
Estoy solo, me encuentro solo en el mundo de los solos
y sin embargo me hieren millones de miradas
y me lastiman millones de voces que no entiendo.
La soledad se expande y amenaza mi equilibrio,
ya apenas sostengo el amor que se me escapa sangrando.
Y no te he encontrado. Ven, que se me acaba el cariño,
no me dejes morir desangrado de amor.