Editorial Alaire

Aquellos seres andaban lentamente
hacia caminos nunca conseguidos.

Creí portarme bien, prescindiendo de ti, amor,
de la noche, de la libertad.
Todo estaba en su punto: el sexo,
las ganas de gozar, el verano
y algo de admiración.

Miraban una nube fugitiva
o paseaban viejos barrios en silencio.

Si logras adivinar lo que hay en mi pecho
—dudo que puedas—
habrás comprendido que estos poemas
avanzan y retroceden,
dicen y callan,
apenas viven.

Dejan que el tiempo sintetice el caos
y el miedo abre un pórtico lejano.

Cuando abres la puerta te chirrían los goznes,
te tomas el café sin azúcar,
te desvives, te desvistes,
te reprimes, exprimes
y ahogas tus llantos.
Apareces desnudo, blanco, pies sucios.
Ella te toma de la mano:
Nada esperes aquí,
ni siquiera compartir tu soledad conmigo.

El viento cruje al corazón que brama
y el lenguaje del amor solivianta y duele.

Cuando intentas cubrir tu sexo de vergüenza
aparece un señorito de Jerez a caballo
y un mozo que ha corrido los Miuras
y un escritor que va tomando notas de la escena
y de la reacción de ella, suavemente acariciada,
lamida,
por el marinero que juega sus dados en silencio,
por el pajarero y sus criaturas que pululan entre calzoncillos 3XL,
por una bailarina que no puede desbragarse.

Pero, ¿quién me recorta un amor a la medida?

Todos cogidos de la mano
—los recibe de noche—
ella los toma delicadamente hasta hundirlos
para siempre en el olvido y los convierte en nada,
violenta,
[tab=30]terrible,
[tab=30][tab=30]cruel,
[tab=30][tab=30][tab=30]gélida mujer.

En este sábado por la noche, he sido muy feliz, leyendo tres grandes poemas que me han llegado al alma. Este tuyo, amiga Ana García, uno de Marius Gabureanu y otro de Ramón Carballal. Habéis vestido el Foro en esta noche, repito, algo que no voy a olvidar ligeramente. Ana. Recibe mi felicitación sincera, y un abrazo desde la soledad de mi isla.

José Manuel F. Febles

Aún no he leído los otros poemas que Jose Manuel comenta, pero es cierto que este que acabo de leer es una maravilla,
y que tiene una lírica poética exquisita.

Me ha encantado.

Un besazo.

Un poema muy logrado, de los mejores que he leído en ese formato. Mis abrazos, Ana.

Es un honor compartir ese podium, tan especial, con Marius y Carballal.
Muchas gracias Jose Manuel Febles por dejar que mis versos te toquen suavemente.

He intentado compaginar lírica con realismo. Los entendidos dirán si algo he conseguido. De momento me doy por satisfecha con tu comentario, Alejandro. Muchas gracias por tus palabras.

¡Qué bueno, Marius! Ultimamente ando muy insegura con mis poemas, pero soy muy atrevida y los expongo.
Abrazos y besos, compañero.

Un gran trabajo de poesía vital, Ana.

Sube para deleite de todos.

Me gustaron todas las partes del poema, esos versos que empujan a leer y deleitarse en ellos. Un placer.
Abrazos, querida amiga.
Pilar

Me gustó mucho la primera estrofa,
y el primer verso muy bueno.

"Creí portarme bien, prescindiendo de ti, amor,
de la noche, de la libertad.
Todo estaba en su punto: el sexo,
las ganas de gozar, el verano
y algo de admiración."


Éste también me encanta:

Si logras adivinar lo que hay en mi pecho
—dudo que puedas—

Esas cosas sencillas pero que son profundas.


Y la última estrofa es muy buena.


Te foncfieso una cosa, con este poema me ha pasado lo que con algún otro,
que lo leo una vezy mal y no me dicen mucho
pero el problema está en mi, y me digo una vez visto mi error
"Antoñita lee bien que estás atontada, como muchas veces"
hay que leer varias veces y despacio, sin prisa.

Una vez hecho esto, se aprecia de verdad.
Algunas veces leemos entre líneas, y eso que soy de las que lee muchas veces un mismo poema.

Es muy buen poema Ana.

Un abrazo.

Llevas razón, Hallie, es muy vital este poema. Son las ganas de vivir.
Gracias por subirlo. Hay poemas que se van al fondo (se pierden) y supongo que será porque se lo merecen. A mi me incentiva (qué rara soy, ¿verdad?)
Se agradece el gesto y tu comentario.
Un abrazo.

El placer es mío, Pilar, por encontrarte en mi rincón.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.

¡Qué bueno que volviste, Antonia! Con las lecturas de un poema podemos ver lo que no está escrito o sacar interpretaciones que ni el autor ha visto.
Gracias por volver y revolver.
Un abrazo.

No me había ido jaja.

Me quedé hasta que leí como hay que leer. Suelo varias veces los poemas, algunos muchísimas veces seguidas, no te digo cuántas o nadie se lo creería. Primero una visual, como esa que echabas a los 18 al macizo de la clase, como por encima, al menos yo, sin que nadie lo notara jaja. Y después me voy deteniendo más, y me paro en los versos que me impactan. Y a veces digo, pero que tonta que no lo vi a la primera.

Pero después te aseguro que lo aprecio, y lo disfruto.

Me quedé con el restaurante de Valladolid, que lo sepas. Pues porque no, algún día de esos que haga una visita a Madrid.

Hace dos años estuve en Tordesillas, sólo de paso, yendo a Madrid con una amiga y la enana, que está dejando de serlo. Ya no lo es. Hizo 13 este pasado martes. Y yo pesada.

Perdón, ya paro.

Me ocurre lo mismo con los poemas, los tengo que leer varias veces para adentrarme en ellos, de tal forma que suelo aprenderme (sin querer) algunos versos. Se me pegan a la piel.
Tu enana tiene buena edad para seguir disfrutando de ella. Dicen que luego vuelan, jajaja.
Gracias por volver, no pidas perdón.
Un abrazo en un domingo lluvioso.

Una obra que emociona, plena de lirismo y bien estructurada.
La disfruté mucho.
Un beso

Se agradece el tiempo dedicado a la lectura del poema y el comentario, Armilo.

Muy buen poema, Ana, tanto por el planteamiento formal, como por el desarrollo y la expansión de cada una de las estrofas, que dan pie a un poema vital y lleno de belleza.

Me ha gustado mucho.

Un abrazo.

Así es, Rosa, es un poema de vida y eso que el personaje "ella" es la muerte. La mujer gélida que nos convierte en olvido.. Esta formula que estoy empleando últimamente me gusta, me siento cómoda con ella.
Teniendo en cuenta tus conocimientos poéticos, me alegra mucho saber que te agrada.
¡Muchas gracias por tus palabras, Rosa!
Un abrazo.