Sensualidad a flor de piel
Publicado: Jue, 29 Ago 2019 23:35
Bajo el palio de tu luz carnal quiero abrigarme,
ahora, cuando la noche es una tentación oscura
que nos invade por las cavernas de tu sexo como
si fuera un encuentro que todo lo posee y en su auge
arrebatador nos eleva hasta las cumbres del placer.
Yo en mi desconcierto te amo y desgrano con la voz
tu sensualidad a flor de piel que se extiende epicúrea
por mi cuerpo y enciende la lumbre del deseo para
que tus pechos se muestren llameantes y en su crepitar
surjan relámpagos de pasión que calcinan mis labios.
Ven y hazme cautivo de tu boca donde madura
esa manzana prohibida cuyo beso nos invite a pecar.
Hoy necesito que tus caderas volcánicas se agiten,
y sin demora, entreguémonos a la intimidad salvaje
como si fuéramos un corcel desbocado que galopa
por la carne y en la plenitud de su carrera, logra
que indómito el éxtasis del amor surja. Solo por ti
me abandonaré a la voluptuosidad más recóndita,
y a su concupiscente ritual que delinee tus formas
sugerentes cuando mis manos ansiosas recorran
tu anatomía perfecta y retengan la memoria tu piel;
así recordarán que los dos fuimos una misma hoguera
durante prolongados amaneceres de vino y rosas.
ahora, cuando la noche es una tentación oscura
que nos invade por las cavernas de tu sexo como
si fuera un encuentro que todo lo posee y en su auge
arrebatador nos eleva hasta las cumbres del placer.
Yo en mi desconcierto te amo y desgrano con la voz
tu sensualidad a flor de piel que se extiende epicúrea
por mi cuerpo y enciende la lumbre del deseo para
que tus pechos se muestren llameantes y en su crepitar
surjan relámpagos de pasión que calcinan mis labios.
Ven y hazme cautivo de tu boca donde madura
esa manzana prohibida cuyo beso nos invite a pecar.
Hoy necesito que tus caderas volcánicas se agiten,
y sin demora, entreguémonos a la intimidad salvaje
como si fuéramos un corcel desbocado que galopa
por la carne y en la plenitud de su carrera, logra
que indómito el éxtasis del amor surja. Solo por ti
me abandonaré a la voluptuosidad más recóndita,
y a su concupiscente ritual que delinee tus formas
sugerentes cuando mis manos ansiosas recorran
tu anatomía perfecta y retengan la memoria tu piel;
así recordarán que los dos fuimos una misma hoguera
durante prolongados amaneceres de vino y rosas.