Editorial Alaire

La urgencia del pasado hace sonar el hueco sordo
de la voz que corre por pasillos interminables,
de la desmemoria enfebrecida.

Boca de tierra sembrada con la distancia de lo inevitable.

No le faltó ni un solo beso
a la boca de tierra.
Tampoco las sonrisas
ni los dientes de espuma
—ni las palabras—
a su boca de tierra.

Silencio
[tab=30]Abismo
[tab=30][tab=30]Pasado

Boca de tierra que se ríe de mis fantasmas.

Que ladra a los perros
y aún tiene tiempo
de volver a casa
con el desayuno.

A un ahogo inmóvil llega tu brisa en rachas.

¡Queda tanto lastre!
Siguen temblando las huellas,
los pozos se adivinan a la vuelta
de las esquinas,
agazapado en el hombro queda

el polvo de nuestra sangre.

Arriba con este hermoso poema que se asoma al pasado con nostalgia. Me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

"¡Queda tanto lastre!" La boca de la tierra nos traga. Pero no nos digiere. De alguna forma has viajado al vientre de a bestia, y en vez de morir, escribes un diario del viaje. Me gusta tu voz poética, Ana. E. R. A.

"Que ladra a los perros
y aún tiene tiempo
de volver a casa
con el desayuno."

Me gusta esta estrofa, muy realista.

Y ese último verso

"el polvo de nuestra sangre"

ha habido muertos en mi familia, a eso me recuerda,
di tú que esta última tampoco me importa demasiado
no voy a sufrirla,
que ya nos hizo sufrir en vida.

Abrazos Ana.

De vez en cuando nos invade el pasado con garras nostálgicas.
Gracias por tus palabras, Pilar.
Un fuerte abrazo.

Muy buena tu apreciación, Era. Me ha gustado tu comentario y la lectura que haces del poema.
Un abrazo enorme.

Ladraba, tenía que haber escrito, ya no quedan perros nocturnos. Y de polvo de sangre me va quedando menos gente. Conocidos muchisimossss, menos mal. Para cafés y tal... aún llega.
Gracias por pasar, Antonia. Yo tampoco pude decir: "ahí te pudras, hijoputa". Y si eres como yo lo soñarás durante mucho tiempo para luego dar la bienvenida a la bendita indiferencia.
Un abrazo.

Eso mismo practiqué desde los 21, la última vez que le vi, y tengo unos poquitos más (ssshh). Sólo que se han removido cositas, "pequeñas cositas".

La vida es un boomerang no? Y todos los demás refranes que caben.

Muchas personas ya se hacen daño ellas solas cuando quieren dañar a los demás, y no tenemos ni que despeinarnos ni mentarlas por si se manifiestan, que da yuyu. Algunas ya se manifiestan sin haber llegado a fantasmas y sin llamarlas, cuando lleguen a espectros ni te cuento.

Yo prefiero sonreír, esas carcajadas que dan la vida (las escuchaste alguna vez). De esas de verdad y de loca de remate.

Y nos quedan muchas cosas más. Entre ellas y esos cafés que dices con conocidos, y siniestro y bailaré sobre tu tumba, aunque solo sea simbólico.

Porque yo como tú, también prefiero aprovechar mi tiempo en ir de tapas y vermuth rojo que también me vuelve loca.

Un abrazo.

El vermouth o el vermú (más castizo) entra muyyyyy bien. Me gusta el blanco, el rojo y porque no hay azul. Al vinito blanco no le hago ascos tampoco. Y siempre estoy sonriendo, aunque caigan chuzos de punta (esto es...cuando está lloviendo con mucha intensidad, también granizando o nevando e incluso ante una situación peliaguda y complicada).
El otro día estuve saboreando un Castelo de Medina Verdejo (ha recibido varios premios importantes) muy interesante, previo a una comida aún mejor. Si alguien pasa por Valladolid se come muy bien en La Tasquita: http://la-tasquita.com/comedor.php.
Te cuento esto, Antonia, Porque dado mi pasado doloroso los hermanos nos reunimos muy poco. Yo creo que al mirarnos, a los ojos, recordamos todo. Nos preguntamos si hubiéramos podido cambiar el rumbo o yo que sé. El caso es que esta vez pudimos reír. ¡Por fin pude reír a carcajada abierta. Oye que pillé agujetas estomacales.
Fuera de la familia me río con más facilidad. Sin tener ninguna culpa hemos heredado algo que nos daña.
Uf que rollo te he metido, pero es posible que me entiendas.
Un abrazo.

Profundo e impactante recorrido querida amiga... sobrecogedor...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Me viene muy bien ese abrazo, Nancy.
Gracias por tus siempre amables palabras.
Un abrazo.