Editorial Alaire

donde las calles se construyen con los pasos de sombras acumuladas
los nítidos azules no se reflejan en las ventanas
tras las que respiran miradas de infinitas lluvias respirando ausencias y silencios
que preguntan cada noche a la luna victoriosa
qué fue de los sonidos de la dulce aurora

la arquitectura hace tiempo que abandonó su decisión
y son las piedras las que recogiendo el testigo
cuentan la historia de lo que un día fue semilla y retoño y árbol
que un mal viento como un ácido extendiéndose sin tregua arrasó
dejando un poso fantasmal de llaves herrumbrosas y relojes desvencijados
en las estancias de corazones fríos como la muerte
mientras el aire que ya nadie respiraba se iba cubriendo de telarañas
y arrastraba inexorable hacia el olvido
el rumor sinfónico de las fuentes y la ingenua alegría de las plazas

John,

me gusta una vez más tu poema, amigo. Me gusta el punto de vista romántico del que se acerca a las ruinas, las sombras de la nostalgia de un esplendor que ya no existe. Detalles materiales muy bien elegidos construyen la escena eficazmente. De nuevo sorpresa y admiración por la fluidez del texto sin puntuación.

Me gusta mucho.
Abrazos.

Lo dicho...un recorrido vibrante y emotivo que desnuda una cruda realidad que despoja y maltrata...
Un gusto leerte por aquí también...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy