Mi teatro
Publicado: Jue, 15 Ago 2019 10:37
Tengo una butaca reservada en el teatro
de mi terraza.
Las montañas de Anaga se sientan en las gradas
y, contrariadas,
se pelean con el presuroso mar de nubes:
quieren ver el espectáculo en primera fila,
aunque tengan que envolver y cegar a las cumbres.
A mis pies, en el foso, los músicos afinan
sus instrumentos:
Despierta la ciudad y una tediosa melodía
preparan sus mustios habitantes, torpes, ausentes
y olvidados de su fundamental ritmo cadente
que acompaña al astro rey en su salida desde el este.
El vasto océano es el cambiante decorado
que forma el transitado suelo del escenario.
A veces es claro espejo donde se reflejan
las esperanzas de los que llegan o se alejan,
y otras plomizo manto que nos separa o nos une.
¡De cuántas cruentas batallas ha salido impune!
Los preparativos para esta eterna función
se organizan cada día , sin cancelación.
Cuando el aire vanidoso muestra el ciclorama
podemos ver, al fondo, la hermosa isla hermana,
y tan solo a veces la lluvia o la calima consiguen
que el telón caiga
En la sesión nocturna, nuestra reina la luna
ocupa su asiento en el palco de autoridades,
cuando se lo permiten sus regias actividades;
y si se aburre, se aleja sin vergüenza alguna,
antes de que los faros de la lejana costa
den el primer aviso a actores y navegantes.
Pero ayer un drama espantoso se representaba:
Parecía que el sol se ocultara detrás la isla ,
no hacia el oeste.
La luna desde su ilustre palco miraba asombrada
lo que ocurría: era el resplandor de furiosas llamas
aquello que tras las altas cumbres asomaba.
Ardían los bosques . Se me quemaba el alma.
A.H.C.
de mi terraza.
Las montañas de Anaga se sientan en las gradas
y, contrariadas,
se pelean con el presuroso mar de nubes:
quieren ver el espectáculo en primera fila,
aunque tengan que envolver y cegar a las cumbres.
A mis pies, en el foso, los músicos afinan
sus instrumentos:
Despierta la ciudad y una tediosa melodía
preparan sus mustios habitantes, torpes, ausentes
y olvidados de su fundamental ritmo cadente
que acompaña al astro rey en su salida desde el este.
El vasto océano es el cambiante decorado
que forma el transitado suelo del escenario.
A veces es claro espejo donde se reflejan
las esperanzas de los que llegan o se alejan,
y otras plomizo manto que nos separa o nos une.
¡De cuántas cruentas batallas ha salido impune!
Los preparativos para esta eterna función
se organizan cada día , sin cancelación.
Cuando el aire vanidoso muestra el ciclorama
podemos ver, al fondo, la hermosa isla hermana,
y tan solo a veces la lluvia o la calima consiguen
que el telón caiga
En la sesión nocturna, nuestra reina la luna
ocupa su asiento en el palco de autoridades,
cuando se lo permiten sus regias actividades;
y si se aburre, se aleja sin vergüenza alguna,
antes de que los faros de la lejana costa
den el primer aviso a actores y navegantes.
Pero ayer un drama espantoso se representaba:
Parecía que el sol se ocultara detrás la isla ,
no hacia el oeste.
La luna desde su ilustre palco miraba asombrada
lo que ocurría: era el resplandor de furiosas llamas
aquello que tras las altas cumbres asomaba.
Ardían los bosques . Se me quemaba el alma.
A.H.C.