Abierta o Cerrada
Publicado: Vie, 02 Ago 2019 20:14
¿Qué toca, qué retoca, qué trastoca?*
Risas flojas sobre el suelo empedrado
cortadas a mano y entre cada espacio
lunares festivos y aterrizajes
tiernos repletos de hilos finos con
sobresaltos de pieles tersas, dulces
con buenos sabores, abrirse en boca
cuando canta el pájaro disecado.
Repleta de amor mi Scherezade,
perfumes lamigosos, esperando
siempre esperando un día más su cuento
lamento de milenos:¡una duda!
¡Queda arcaica! ¿Rosa abierta o cerrada!
Será la historia de seres que caminan
en busca de un alba que bordea sombras:
corren payasos, traspasa un elefante,
la doncella de pechos verdeoliva
Que pueblen tus carnes la fruta de la pasión; pero tus huesos sean pezuñas de caballos que vengan galopando. Que lejanas sirenas expandan tu nombre, Sherezade, en nuestra patria, nuestra cama. Que sepan hoy tu nombre otras novias y las cartas. Olvidemos aquello que no fue. Que tu presente sea gavilla de trigo y fuego la flor que cubre tu sexo en boca. Que venga a la vida el pájaro disecado y construya un nido a la paloma. Que sea celo y canción de mañana, ésta, tu vida. Para:
Descender al magma del no cotidiano
desde unos cielos extraños y callados,
bajo los arcos oscuros sin pestañas,
regresar contigo a primitivas patrias.
Nací de tu sombra, ¡brotó de tu esencia!
Seguimos bajando para tapar bocas
sonidos en indefinidas figuras
y un cuento de sendas de fuego enfilado.
Cambiar el telón sedado: a vuelapájaro,
que se me fuera la fuerza: por la boca
para que al herirme: piedra sobre piedra,
tanto entres como yo salga: algo que quema.
Dejar atrás cenizas de sangre seca
Quieres que trace sobre ti renglones de realidad, o ficción sin suavidad. Que floten mis palabras y permanezcan allí secas y desgarradas. Todo menos el vacío. Y no puedo resistir, no sé resistir, me atraes, me embobas, voy a todas tus celadas aun sabiendo que quedaré presa, libre frente a ti. Pero tu silencio es infinito, es uno y mil, todos de acuerdo, acechantes, todos reclamando su parte.
No hay final, tan solo me das pequeños intermedios.
* Verso del poeta argentino, Juan Gelman, de su poema La Rueda.
Risas flojas sobre el suelo empedrado
cortadas a mano y entre cada espacio
lunares festivos y aterrizajes
tiernos repletos de hilos finos con
sobresaltos de pieles tersas, dulces
con buenos sabores, abrirse en boca
cuando canta el pájaro disecado.
Repleta de amor mi Scherezade,
perfumes lamigosos, esperando
siempre esperando un día más su cuento
lamento de milenos:¡una duda!
¡Queda arcaica! ¿Rosa abierta o cerrada!
Será la historia de seres que caminan
en busca de un alba que bordea sombras:
corren payasos, traspasa un elefante,
la doncella de pechos verdeoliva
Que pueblen tus carnes la fruta de la pasión; pero tus huesos sean pezuñas de caballos que vengan galopando. Que lejanas sirenas expandan tu nombre, Sherezade, en nuestra patria, nuestra cama. Que sepan hoy tu nombre otras novias y las cartas. Olvidemos aquello que no fue. Que tu presente sea gavilla de trigo y fuego la flor que cubre tu sexo en boca. Que venga a la vida el pájaro disecado y construya un nido a la paloma. Que sea celo y canción de mañana, ésta, tu vida. Para:
Descender al magma del no cotidiano
desde unos cielos extraños y callados,
bajo los arcos oscuros sin pestañas,
regresar contigo a primitivas patrias.
Nací de tu sombra, ¡brotó de tu esencia!
Seguimos bajando para tapar bocas
sonidos en indefinidas figuras
y un cuento de sendas de fuego enfilado.
Cambiar el telón sedado: a vuelapájaro,
que se me fuera la fuerza: por la boca
para que al herirme: piedra sobre piedra,
tanto entres como yo salga: algo que quema.
Dejar atrás cenizas de sangre seca
Quieres que trace sobre ti renglones de realidad, o ficción sin suavidad. Que floten mis palabras y permanezcan allí secas y desgarradas. Todo menos el vacío. Y no puedo resistir, no sé resistir, me atraes, me embobas, voy a todas tus celadas aun sabiendo que quedaré presa, libre frente a ti. Pero tu silencio es infinito, es uno y mil, todos de acuerdo, acechantes, todos reclamando su parte.
No hay final, tan solo me das pequeños intermedios.
* Verso del poeta argentino, Juan Gelman, de su poema La Rueda.