Editorial Alaire

apagado el sol con una mano
la otra
tanteaba a la noche su textura
y todo era piélago infinito
de escamas mascarones y aureolas
a babor las antípodas
y a estribor el universo
y al cruzar el viento céfiro
la nave de cristal
se hizo añicos
convirtiéndose en ballena
en volcán o en rascacielos
y lloró
una música de blues
que mojó las caras de la noche
asomadas sin querer
al balcón de sus tristezas
y los faros
no alumbraban las huidas
sombras eran
de sus desvelos arrastrando laberintos
y lloró
una música de tango
inundando las aceras abisales del océano
y al final soñó
que aún llegaban cartas hasta isla negra

Honda melancolía resuena en la expresión de tus versos amigo...preciosas imágenes...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Me gustaron las imágenes y belleza de tus versos. Un placer
Abrazos
Pilar

John,

me gusta mucho. Me gusta el aire nerudiano que has sabido darle, trasportando al lector al ambiente ventoso y marinero de la Isla Negra, con gran habilidad y bellos detalles, como la referencia final al cartero. En este extraño rollo de la poesía, uno siempre está bajándose los pantalones continuamente, cuestionándose sus ideas y sus prejuicios. Con tus poemas, yo me los bajo una vez más a propósito del asunto de la puntuación. Qué bárbaro.

Abrazos.

"sombras eran
de sus desvelos arrastrando laberintos
y lloró "


Gran sensibilidad y rica imaginería, John, te felicito. ERA

Lunamar Solano escribió:Honda melancolía resuena en la expresión de tus versos amigo...preciosas imágenes...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Muchas gracias, amiga Lunamar, por tan bello y poético comentario.
Saludos afectuosos.